Nueva Delhi, 12 may (EFE).- El primer ministro indio, Narendra Modi, advirtió este lunes a Pakistán de que su país no descarta nuevas acciones militares, al afirmar que la ofensiva lanzada por la India tras el atentado del 22 de abril ha sido “pausada” pero no concluida, en su primer mensaje a la nación tras el recrudecimiento del conflicto con su vecino nuclear.

“Solo hemos pausado por ahora nuestra acción de represalia contra las infraestructuras terroristas y militares de Pakistán. En los próximos días, cada paso que de Pakistán será observado cuidadosamente según el enfoque y la conducta que adopte”, afirmó Modi durante el discurso televisado, en el que defendió la actuación del Ejército indio y pidió unidad frente a las “amenazas externas”.
“No se tolerará más el chantaje nuclear. Cualquier ataque terrorista contra la India recibirá una respuesta adecuada, y será en nuestros términos”, añadió el primer ministro indio, en un mensaje cargado de advertencias a Islamabad.
El líder nacionalista hindú afirmó que no habrá ningún diálogo con Pakistán salvo que se centre “en el terrorismo y en Cachemira ocupada por Pakistán”, al tiempo que rechazó la posibilidad de avanzar en comercio o diplomacia mientras persistan los ataques.
Modi destacó además que la India ha demostrado su “supremacía en la guerra moderna”, en aparente referencia a las capacidades tecnológicas y de inteligencia desplegadas durante la operación ‘Sindoor’.
El discurso se produce casi tres semanas después de la masacre contra turistas el 22 de abril, en la que murieron 26 personas en la Cachemira administrada por la India, un ataque que desencadenó el inicio de la ofensiva militar contra Pakistán en la madrugada del 7 de mayo, cuando las fuerzas armadas indias atacaron bases que afirman como terroristas en territorio paquistaní.
Pakistán calificó la operación como una “agresión injustificada” y denunció la violación de su espacio aéreo y territorial. En respuesta, lanzó la operación ‘Bunyan-um-Marsoos’ y disparó misiles contra 26 bases militares indias el sábado por la mañana, intensificando el temor a una guerra total.
La creciente presión internacional por una posible confrontación nuclear, junto a la mediación de Estados Unidos, facilitó un diálogo entre la India y Pakistán, que culminó en un alto el fuego acordado entre ambos países el pasado sábado.
Aunque en los últimos días ha habido un descenso en las hostilidades, ambos países mantienen tropas reforzadas en la Línea de Control (LoC), en la región disputada de Cachemira, que sigue siendo una de las fronteras más militarizadas del mundo.
Durante la crisis han perdido la vida al menos 104 personas, en la peor escalada de tensiones entre los dos países en lo que va del siglo, incluyendo las víctimas del ataque terrorista contra turistas que desató la confrontación, además de casi 80 muertos en el fuego cruzado que siguió, según un balance de EFE basado en fuentes oficiales de ambos lados.
La India y Pakistán, que se han enfrentado en tres ocasiones desde la partición de la colonia británica en 1947, dos de ellas por Cachemira, se acusan mutuamente de alimentar la insurgencia en la región, convirtiéndola en uno de los polvorines más peligrosos del sur de Asia, siempre al borde de un estallido.