Barcelona, 1 oct (EFE).- Mondiacult 2025, la Conferencia Mundial de la Unesco sobre las Políticas Culturales y el Desarrollo Sostenible, ha terminado este miércoles en Barcelona con una declaración final, aprobada por unanimidad, en la que se hace un llamamiento a que los «derechos culturales sean el motor de las políticas públicas del futuro».
Asimismo, el presidente de la mesa de la conferencia, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha destacado que, por primera vez, todos los ministros reunidos en un acontecimiento de estas características han acordado que la cultura sea un objetivo de desarrollo sostenible (ODS) en la agenda global de desarrollo a partir de 2030, «por derecho propio».
Para Urtasun, que ha valorado muy positivamente el desarrollo del encuentro, con más de 160 delegaciones de todo el mundo, y lo ha calificado de «éxito», la huella que dejará Mondiacult 2025 es que «no hay futuro sin cultura».
Cultura para la paz

El documento de nueve puntos que nace tras un proceso «inclusivo y multilateral», la Declaración Mondiacult 2025, destaca que la cultura es una «herramienta vital» para la «reconciliación, la memoria colectiva, la curación y la construcción de la paz», tal como ha dicho la ministra de Cultura de Letonia en la clausura, Agnese Lāce.
Asimismo, los participantes se han posicionado a favor de la lucha contra todas las formas de racismo, discriminación y prejuicios que amenacen la libertad artística y de expresión, así como la diversidad y el patrimonio culturales.
A la vez, creen en el fomento de una política cultural internacional basada en los derechos humanos y que promueva la «seguridad internacional y transfronteriza, la coexistencia pacífica, así como el respeto y entendimiento mutuos».
Sistemas de IA basados en los derechos humanos

Durante los tres días que han durado los debates, otra de las cuestiones que más se han tratado ha sido la del uso de la inteligencia artificial (IA), indicándose en la declaración final que hay que promocionar el «uso, desarrollo y gobernanza responsables» de los sistemas de IA, basados en los derechos humanos, y que sean «fiables, éticos, transparentes, seguros, sostenibles e inclusivos, abordando los sesgos», incluidos los de igualdad de género.
En otro de los puntos del documento se incide en que hay que proteger los derechos de propiedad intelectual, así como la «diversidad cultural» y las «contribuciones» de los artistas, creadores o profesionales de la cultura en este contexto.
La Declaración Mondiacult 2025 subraya aspectos relacionados con la educación, las industrias culturales, la lucha contra el cambio climático, el patrimonio y el acceso equitativo a las nuevas tecnologías.
Azoulay: «Hemos venido a decir que podemos seguir uniéndonos»
En la sesión plenaria final, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, que no pudo asistir a la primera jornada por problemas de salud, ha agradecido a los participantes su compromiso y ha considerado que en un mundo en el que los motivos «para perder la esperanza se acumulan», con guerras que persisten, igual que el cambio climático, «han venido a decir de forma colectiva que podemos seguir uniéndonos».
También que se pueden «crear consensos», aunque «quizá solo sea posible a través de la cultura».
«Los compromisos de Barcelona marcan con toda claridad la dirección, reafirmando que la cultura es un bien público mundial, una forma de resistencia y un lenguaje común para reconstruir la confianza entre pueblos», ha apuntado.
En su intervención, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha opinado que en estos días de reuniones y debates se ha reafirmado una «convicción común, la de que la cultura no es un adorno de presente, sino una voluntad vertebral de nuestras sociedades, el alma que le da forma y la herramienta más poderosa para transformar el mundo».
Entiende que Mondiacult 2025 envía un mensaje «claro» al mundo en «defensa del multilateralismo y del derecho internacional, identificando las prioridades claras para nuestras políticas colectivas».
«Sin cultura no hay una conciencia colectiva capaz de impulsar el cambio ni construir una auténtica cultura de la paz», ha proclamado.
Asimismo, cree que lo acordado en Barcelona «no es un punto final, sino un punto de partida» y, acabando en catalán, ha subrayado que la cultura «es mucho más que el patrimonio que heredamos, es el legado que tenemos el deber de enriquecer y transmitir».
En este plenario, ha llamado la atención la petición de los participantes en el Mondiayouth, el Mondiacult joven, quienes han reclamado participar en el futuro «en los mismos foros y salas en los que ustedes hablan».
Tras las convocatorias de 1982 y 2022 en México y la de este año en Barcelona, con la asistencia de unos 2.500 participantes, la próxima reunión de Mondiacult se celebrará en Riad (Arabia Saudí) en 2029.