Madrid, 21 feb (EFE).- La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se estrena este fin de semana como secretaria general del PSOE andaluz en un momento de máxima exposición por la tributación del salario mínimo interprofesional (SMI), que ha provocado un choque público entre los socios de Gobierno.
El PSOE andaluz celebra su XV Congreso Regional en Armilla (Granada) que refrendará el liderazgo de Montero, quien, sin necesidad de primarias gracias al “paso al lado” de Juan Espadas, vuelve a donde comenzó su carrera para intentar revitalizar al partido y disputar el poder al PP de Juanma Moreno, que gobierna con mayoría absoluta.
“Vengo a ganar y vamos a ganar”, insiste desde que se anunció la vuelta a su tierra, tras muchas especulaciones sobre si daría el paso al frente en el partido y sobre qué haría con el resto de sus cargos; por el momento, los mantiene.
Tiene por delante algo más de un año, si Juanma Moreno no adelanta las elecciones andaluzas, para rearmar el partido en las ocho provincias de Andalucía.
Quiere buscar candidatos de consenso para evitar primarias, aunque por ahora solo Sevilla parece tener un liderazgo claro, e intentar recortar distancias con el PP en los comicios de junio de 2026.
Todo ello desde su puesto de vicesecretaria general del PSOE, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, un lugar que, a la vez que le otorga visibilidad, puede conllevar desgaste.
Así ha sucedido con polémicas como la reciente por la tributación del SMI que ha elevado el Gobierno o por el efecto que en Andalucía puede tener un nuevo sistema de financiación autonómica en el que Cataluña disfrute de un modelo “singular”.
En Armilla recibirá el respaldo del presidente del Gobierno y secretario general socialista, Pedro Sánchez, quien el domingo clausurará el cónclave y trasladará un mensaje de unidad a los militantes para dar la batalla electoral y recuperar la Junta.
Castilla y León celebra un cónclave más tranquilo de lo esperado
También este fin de semana el PSOE de Castilla y León celebra su congreso regional que arranca el sábado en Palencia, una cita más tranquila de lo esperado, con el alcalde de Soria, Carlos Martínez, ya como secretario autonómico electo al no haber concurrido más candidaturas y tras la renuncia a competir del hasta ahora líder, Luis Tudanca.
A las 10:30 horas Sánchez inaugura la cita, cuyo objetivo principal es culminar un proceso en el que ha primado la unidad en torno a Martínez.
El nuevo líder se resiste a ‘autoproclamarse’ por ahora candidato para unas elecciones autonómicas que como muy tarde serán en marzo de 2026 y que condicionan este congreso, tanto en el contenido (como base del futuro programa electoral) como en la configuración de equipos.
Desde el punto de vista electoral, el PSOE aspira a reeditar un triunfo que ya consiguió Tudanca en 2019, pero que fue insuficiente para gobernar al primar el acuerdo entre el PP y Ciudadanos; en 2022 los populares tejieron una alianza con Vox para seguir en el poder.
El contexto internacional y las elecciones autonómicas
Según han informado a EFE fuentes de Ferraz, Sánchez quiere transmitir su apoyo tanto a Montero como a Martínez para relanzar al partido en ambas comunidades autónomas y disputar el poder al PP en los próximos comicios.
Con la resaca de una semana marcada de nuevo por la polémica entre los socios del Gobierno por la tributación del salario mínimo interprofesional, se espera en sus intervenciones públicas del fin de semana el presidente preste especial atención al contexto internacional.
Un panorama muy agitado por los conflictos abiertos en Gaza y Ucrania, este último protagonizado por las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia en la que ambos países han dejado de lado a la UE y a Kiev.
Así, Sánchez defenderá el papel de la UE en estas conversaciones sobre el futuro de Ucrania -a donde viaja el próximo lunes-, los valores europeos y la batalla que el socialismo debe dar a la ultraderecha tanto en España como en el resto del continente.