Madrid, 10 sep (EFE).- El estreno de la diputada Ester Muñoz como portavoz parlamentaria del PP en una sesión de control del Congreso ha derivado en un encontronazo dialéctico con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, en el que ambas se han reprochado mutuamente no combatir los casos de corrupción en sus partidos.

Muñoz ha reprobado la estrategia del Gobierno ante la corrupción que le afecta por decir que «todo era mentira», «bulos» y «fango», para después acusar de prevaricadores a los jueces y en último término crear una comisión interministerial presidida por la propia Montero.
La vicepresidenta, que le dado la enhorabuena por su nombramiento, ha llegado a calificar de «corrupción sistémica» las prácticas del PP en anteriores gobiernos y no ha perdido oportunidad para atacar a su antecesor, Miguel Tellado, por haber instado a «cavar la fosa donde reposarán los restos» del Ejecutivo, palabras a su juicio «guerracivilistas» y desconsideradas con las víctimas del franquismo.
A renglón seguido, ha relatado las cifras de los casos de corrupción en el que han estado implicados dirigentes del PP y exministros citando Rodrigo Rato, Cristóbal Montoro, Ana Mato, Eduardo Zaplana o incluso Mariano Rajoy, quienes próximamente tendrán que declarar en diversas causas.
«Ustedes tienen un partido con más de 150 imputados en casos de corrupción, con más de 180 condenas», le ha espetado antes de recriminarle que un Gobierno del PP perdonara más de 38.000 millones de euros a evasores con una amnistía fiscal que fue declarada ilegal por el Tribunal Constitucional.
Y como Muñoz le había preguntado en concreto si el Gobierno de Sánchez se consideraba legitimado para combatir la corrupción, María Jesús Montero le ha replicado invitando al PP a apoyar las medidas anticorrupción que ha puesto en marcha el gobierno y combatir estas prácticas «con contundencia».
En la réplica, la portavoz popular ha rechazado discutir sobre las cifras esgrimidas por la vicepresidenta y se ha esforzado en destacar que el presidente Pedro Sánchez «sabía lo de Ábalos» y pese a ello «lo tapó», al igual que el caso del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, a quien «respaldó», y que también «sabía que en las saunas de su familia política había prostitución y vivió de ello».
Pero en particular ha puesto de relieve que mientras él ha comparecido hoy ante el poder legislativo su esposa, Begoña Gómez, lo hace ante el judicial -«la primera vez que pasa en la historia democrática de España», ha enfatizado- por lo que ha concluido que si un diputado del PP tuviera a su mujer imputada por cinco delitos, el PSOE le pediría la dimisión.
«Si hablamos de parejas imputadas o que declaran en los tribunales ¿qué diría usted de la señora Ayuso? ¿tendría que dimitir, verdad?», le ha respondido María Jesús Montero en referencia al caso que afecta a la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Ha acabado Montero su respuesta recordando que el PP cesó a su anterior presidente, Pablo Casado, «cuando denunció la corrupción», ha mencionado sus «policías patrióticas» o la destrucción de pruebas en el caso Gürtel y el uso del BOE por el exministro de Hacienda Cristóbal Montoro para beneficiar a empresas.
En suma, una corrupción «sistémica», ha concluido, que practica el Partido Popular, el cual «en vez de perseguir a aquellos que practican la corrupción» ataca al fiscal general, que es quien intenta acabar con ella.