Morata pierde el paso de la selección

(i-d) Los jugadores de la selección española Alejandro Grimaldo, Álvaro Morata y Marc Cucurella durante un entrenamiento en Madrid el pasado lunes. EFE/ Fernando Villar

Madrid, 5 sep (EFE).- Ni con el partido sentenciado al descanso en Sofía, ante Bulgaria, con tres tantos de ventaja y una superioridad técnica abismal, Luis de la Fuente dio entrada a Álvaro Morata en una segunda parte que se la pasó calentando. El capitán de la selección española ha perdido el paso. Diez minutos en cuatro partidos plasman una caída. Indiscutible en las listas, prescindible en los partidos.

«Aquí no se regala nada a nadie, Álvaro va a tener todavía su momento y a darnos alegrías». Es una de las últimas defensas del seleccionador. Repetida cada vez que se sitúa ante los medios para explicar una convocatoria. Su confianza en la figura de Morata por su labor en el grupo, sus méritos del pasado, tienen mayor peso que su presente. Lo citó para la fase final de la Liga de Naciones pese a su mala experiencia en Turquía con el Galatasaray. Repite tras el cambio mientras aterriza en el Como.

Las palabras de Luis de la Fuente difieren de sus actos. El sentimiento que traslada hacia un jugador indiscutible dentro del vestuario, que «ayuda a los jóvenes, a los menos jóvenes y siempre está a disposición con una actitud positiva», choca con el reparto de minutos. Morata ha marcado un tanto en sus doce últimos encuentros como internacional. No marca desde octubre de 2024 y ha sido suplente en las cuatro últimas citas: Países Bajos, Francia, Portugal y Bulgaria.

Mikel Oyarzabal es el 9 titular para De la Fuente, de dulce desde que marcó el tanto que hizo campeona a España de la Eurocopa 2024. Y como relevo aparecen Dani Olmo, Ferran Torres o Samu Omorodion en partidos recientes. Apenas diez minutos para Morata, cuya última titularidad fue en el partido de ida de los cuartos de final en Rotterdam ante Países Bajos. El trabajo innegociable que realiza cada encuentro ya no fue suficiente para mantenerse en el once.

Volvió a aparecer en los últimos instantes de la final de la Liga de Naciones ante Portugal. Asumió la responsabilidad de chutar uno de los penaltis de la tanda y lo falló. Es el último recuerdo de un futbolista que ya expresó dos veces su idea de abandonar la selección en caliente. En plena Eurocopa, cuando salía de una depresión que le hizo dudar de todo, como confesó. Y tras un fallo que dejó a España acariciando la defensa de título en la ‘Nations’.

De la duda ha pasado al convencimiento de agarrarse hasta el final a su carrera como internacional. Con 86 partidos y 37 goles, está a uno de convertirse en el tercer máximo goleador de la historia de la selección española. Está tardando en conseguirlo. El estadio Vasil Levski de Sofía parecía un buen lugar donde conseguirlo, pero De la Fuente volvió a dejar sin minutos al primer capitán. Ni una mala cara de Morata.

«Si el seleccionador cuenta conmigo bien y si no, me planto en el Mundial y me meto en la concentración. Ayudo con la prensa o llevo el material», bromea ahora Morata, que destaca la figura de su mujer, Alice Campello. «Cuando me planteé dejarlo, llegué a casa y mi mujer me dijo que cómo me iba a ir si es lo que más disfruto en la vida. Lo más maravilloso es estar en la selección».

En el presente, Morata vive una situación que no es nueva para él. Debe ganarse los minutos. Su compromiso, el ejemplo que da a los más jóvenes, para los que siempre es apoyo, su labor de capitán, ya no se refleja en la presencia en los terrenos de juego. De la Fuente afirma que «va a tener su momento» pero no llega y la competencia aprieta por una plaza en el Mundial.

Roberto Morales