Moscú, 1 jul (EFE).- La capital rusa vive estos días el verano más fresco de su historia, a lo que hay que sumar las mayores precipitaciones desde 1980, según informaron hoy los servicios meteorológicos rusos.

El lunes se convirtió en el 30 de junio más frío de toda la historia de las mediciones meteorológicas, con temperaturas de apenas 12,6 grados centígrados, batiendo los récord de 1962 y 1976, cuando los termómetros bajaron a 14 y 14,7 grados, respectivamente.
Mientras, hoy las temperaturas se mantuvieron en torno a los 10-14 grados y la baja presión tocó fondo esta semana con 728 milímetros de mercurio, según el Centro Fobos.
«Durante la última jornada en la estación meteorológica de VDNJ cayeron 16 milímetros de precipitaciones, lo cual es casi el 20 % de la norma mensual», comentó a la agencia RIA Nóvosti Yevgueni Tishkovets, meteorólogo del Centro Fobos, quien adelantó que este martes se espera la caída del mismo volumen de agua.
Se trata de niveles solo superados por las mediciones de 1980, constató el especialista.
Las autoridades locales han advertido a los moscovitas, que se han visto obligados con desagrado a rescatar chubasqueros, abrigos y paraguas, que opten por el transporte público debido a las lluvias.
«Utilicen el transporte público para sus viajes. Según pronostican los meteorólogos, lloverá a lo largo del día, y habrá tormentas y fuertes ráfagas de viento», alertó en Telegram el Departamento de Transporte de Moscú.
La dependencia llamó a los conductores no aparcar sus vehículos cerca de árboles, no entretenerse con el teléfono al volante y reducir con mayor antelación la velocidad cerca de los pasos peatonales.
A su vez, la compañía eléctrica Rosseti de Moscú anunció que se encuentra en «estado de alerta elevado» ante el riesgo de aguaceros y tormentas con ráfagas de hasta 16 metros por segundo.
El pronóstico del tiempo apunta a que el miércoles la temperatura alcanzará los 20 grados y el jueves los termómetros marcarán en torno a los 25 grados.