Alcañiz (Teruel), 8 jun (EFE).- Más de 100.000 personas se dan cita este domingo en el circuito de MotorLand para vivir la jornada principal del Gran Premio Aragón de MotoGP, que ha tenido desde primeras horas de la mañana los accesos llenos de caravanas, familias y grupos de amigos llegados desde distintos puntos de España y del mundo para disfrutar de un día de carreras.
«Salimos el viernes desde Madrid y estamos aquí desde primera hora», cuenta Francisco Bernal, acompañado de su hermano Juanjo. «Tocará dormir en Teruel, pero lo hacemos por Marc Márquez o por Álex. Que se quede todo en familia», comenta.
También desde Madrid han venido David González y sus amigos, todos alojados en autocaravana. «Cinco horas de viaje, pero ha merecido la pena. Somos de Márquez, como casi todos aquí», asegura.
El ambiente no solo lo protagonizan los motores. En Alcañiz, el DJ David Mateo pincha en uno de los escenarios de la ciudad, aunque tampoco ha querido perderse esta cita en su calendario. «Este es mi tercer año en MotorLand. El ambiente está genial y el buen tiempo en junio mejora todavía más la experiencia», comenta. Él ha venido desde Zaragoza y se queda a dormir en Caspe con amigos.
Los asistentes coinciden en un ambiente familiar y festivo. Áurea, una niña de siete años llegada desde Bigastro (Alicante), lo tiene claro. «Mi favorito es Márquez. Y si no gana, su hermano», explica mientras se come un helado para paliar esas altas temperaturas. Le acompañan su familia al completo, orgullosos de compartir la pasión motera con los más pequeños.
Desde Barcelona, Débora Boix y Diego Lajara viven su primer Gran Premio. «Piel de gallina al entrar. El sonido de las motos, la velocidad…Nada parecido a verlo por la televisión», explican mientras se refugian en la pocas zonas de sombra que tiene el circuito turolense.
Incluso hay presencia internacional. Sven Fritzsche desde Barcelona junto a un amigo Aaron Nelson, que ha viajado desde Estados Unidos. «Vinimos en moto desde Lleida y llevamos aquí desde el martes. Hemos recorrido casi mil kilómetros esta semana», cuenta, mientras señala la parte de las caravanas donde se quedan acampados.
En la grada también hay quien anima a otros pilotos. Gabriel Castro, llegado desde Colombia, ha cruzado el Atlántico para apoyar a David Alonso, que este año ha llegado a la categoría media de Moto 2. «Viajé a Austin el año pasado. Me encanta su humildad y respeto en pista», asegura.
No es el único. Unas gradas más abajo, una familia entera luce camisetas personalizadas con el nombre de David Alonso. Entre ellos, María José Álvarez, abuela del joven piloto. «Yo espero que gane mi nieto, claro. Soy su abuela y aquí estamos toda la familia: su tía, su prima, su abuelo, amigos… todos apoyándolo», comenta emocionada. «Estamos un poco nerviosos, pero disfrutando. Que le salga todo bien, y que no se nos caiga. Solo eso», añade.
A su lado, varias generaciones siguen la carrera con atención. «A David le gusta correr aquí. Ya lo hizo en categorías inferiores», concluye María José, que solo quiere que el piloto disfrute de esta cita en el circuito aragonés.
MotorLand se ha convertido, una vez más, en punto de encuentro para miles de aficionados, donde el calor y la emoción son los protagonistas en una jornada donde los seguidores esperan ver a alguno de sus favoritos en lo más alto del podio.
Pilar Bernal Zamora