Buenos Aires, 26 mar (EFE).- Julio Héctor Simón, conocido como ‘Turco Julián’ y uno de los represores durante la última dictadura en Argentina (1976-1983), falleció este martes en la unidad penitenciaria de Campo de Mayo, donde cumplía cadena perpetua por delitos de lesa humanidad al haber sido condenado tras el fin de la ley de Punto Final, en 2006.
El exintegrante de la Policía Federal Argentina actuó en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio El Olimpo, que funcionó en la ciudad de Buenos Aires entre 1978 y 1979. También fue colaborador del Batallón de Inteligencia 601, una unidad de inteligencia del Ejército dependiente del Estado Mayor General, bajo los lineamientos del Plan Cóndor.
Con la vuelta de la democracia en 1983, Simón se exilió en Brasil, donde trabajó como agente de seguridad privado y regresó a Argentina cuando se sancionaron las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, en 1986 y 1987, respectivamente, que impedían juzgar a los militares.
En 1990, reconoció en una entrevista televisiva que había torturado a detenidos en centros clandestinos, cuyo destino final eran los “vuelos de la muerte”, método de exterminio que consistió en tirar a las personas al río o al mar desde un avión.
En 2003, durante el Gobierno de Néstor Kirchner, el Parlamento argentino derogó esas leyes que otorgaban impunidad a los victimarios y Simón fue el primer condenado a 25 años de prisión por tortura y detención ilegal de José Poblete y Gertrudis Hlaczik, así como por ocultar a la hija del matrimonio, que entonces tenía ocho meses de edad.
Dos años después fue condenado a otros 23 años de prisión en la causa conocida como ‘Batallón 601’ y en 2010 fue sentenciado a cadena perpetua por secuestro, tortura y desaparición de 181 personas.