Bangkok, 13 sep (EFE).- Al menos 19 estudiantes de secundaria de Birmania (Myanmar), con edades comprendidas entre los 15 y los 21 años, perdieron la vida en un bombardeo ordenado por la junta militar que detenta el poder en el país, según denunciaron este sábado grupos opositores que luchan contra el Ejército.
El ataque, registrado en la madrugada del viernes, tuvo lugar en el estado de Rakáin (Arakán), donde las fuerzas armadas utilizaron 227 kilos de explosivos, según aseguraron en un comunicado la opositora Liga Nacional Arakán para la Democracia (ULA, en inglés) y el Ejército Arakán (AA), que libra una lucha armada contra la junta.
Entre los fallecidos hay dos chicas que estudiaban en las instituciones atacadas, mientras que la mayoría de las víctimas mortales tenía entre 16 y 17 años de edad, a lo que se suma que otras 22 personas resultaron heridas en el bombardeo, entre ellos varios residentes de zonas cercanas a las escuelas.
Este ataque se produce cuatro meses después de una maniobra similar del Ejército, que tuvo lugar en la región de Sagaing (norte), donde 20 niños -de entre seis y 15 años- y dos profesores fallecieron tras un bombardeo contra una escuela.
Además, es el primer bombardeo de esta magnitud contra una escuela desde que la junta -instaurada en febrero de 2021 tras haber dado un golpe a un Gobierno democrático- levantase el estado de excepción que había mantenido desde que llegó al poder, con miras a unas controvertidas elecciones que comenzarán el 28 de diciembre, pese al cuestionamiento internacional.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), la oposición prodemocrática agrupada en el Gobierno de Unidad Nacional -que se declara la autoridad legítima del país pese a haber sido depuestos del poder central a través del golpe- y varias guerrillas de minorías étnicas han acusado al Ejército de haber perpetrado centenares de bombardeos este año.
El golpe puso fin a una década de transición democrática y agudizó la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas. Amnistía Internacional (AI) afirma que el conflicto escaló en Birmania en el último año y que la junta -cuya legitimidad no es reconocida por numerosos países- emprende una ofensiva «indiscriminada, desproporcionada y mortífera» contra los rebeldes.