Mujer de opositor condenado, hijo de exiliada española: “Solo quería un Túnez mejor”

Khadija Turki, mujer de Khayman Turki, hijo de exiliada española y condenado a 48 años de prisión en el macrojuicio contra opositores tunecinos acusados de "complot contra el Estado", durante una entrevista con la Agencia EFE. EFE/Severine Sajous

Túnez, 20 abr (EFE).- “Es una injusticia”, asegura en entrevista con EFE Khadija Turki, horas después de conocerse la condena a 48 años de prisión de su marido, Khayam Turki, en el macrojuicio a opositores en Túnez. Un hombre, hijo de exiliada española, que solo soñaba con un “país mejor y más unido”, dice.

Khadija relata la historia familiar de resistencia que marcó la vida de su esposo: “Mi suegra – Elodia Zaragoza (España, 1939/Túnez 2020)- nació en una cárcel franquista; su madre, combatiente antifranquista, fue arrestada, torturada y condenada a muerte estando embarazada”. Para Khayam, asegura, el compromiso político es “casi genético”.

“Yo no elegí este destino. Nunca luché por mis derechos, los tuve siempre. Y ahora, viviendo esta injusticia, me doy cuenta de la importancia de que existan personas que luchen por los demás”, reflexiona.

La detención de Turki se remonta a febrero de 2023, tras una reunión informal organizada en su domicilio con varios líderes políticos de distintas tendencias.

El anfitrión del cúscus

El pretexto fue una comida tradicional, un cuscús, pero según las familias de los detenidos, el objetivo era abrir un diálogo para “unificar la oposición frente a la deriva autoritaria del presidente Kais Said y defender el espíritu de la transición democrática”, que comenzó con la primavera árabe en 2011.

Aquella velada terminó con una serie de arrestos: además de Turki, fueron detenidos el exdiputado Ghazi Chaouachi, el abogado Ridha Belhaj, el exdirigente de Ennahda Abdelhamid Jelassi, el líder del Partido Republicano Issam Chebbi y Lazhar Akremi, acusados de complot, atentado contra la seguridad nacional y pertenencia a grupo terrorista.

“Los mensajes intercambiados entre ellos eran bromas, críticas al presidente o reflexiones entre amigos, pero fueron interpretados como actos de conspiración”, explicó a EFE Dalila Ben Mbarek, abogada del comité de defensa y hermana de Jawhar Mbarek, condenado a 18 años de prisión.

La instrucción del caso, según las defensas, se basa en testimonios anónimos, conversaciones telefónicas y carece de pruebas materiales.

El Tribunal de Primera Instancia especializado en terrorismo dictó este sábado condenas que van de los 13 a los 66 años de prisión. A Turki le impusieron 48 años, precisamente el día en que cumplía 60 años.

La defensa ha denunciado múltiples irregularidades. Según el abogado Samir Dilou, la sentencia se extiende a 161 páginas, sin que en ninguna se mencione planificación o incitación a la violencia.

En solo tres audiencias celebradas entre marzo y abril, 17 opositores fueron condenados a un total de 892 años de prisión, invocando 26 artículos entre los códigos penal y antiterrorista. La instrucción se apoya en testimonios sin identificar, como un supuesto “amigo belga” y una “novia británica” nunca localizados.

“Al ritmo de la cárcel”

Khadija Turki, mujer de Khayman Turki, hijo de exiliada española y condenado a 48 años de prisión en el macrojuicio contra opositores tunecinos acusados de "complot contra el Estado", durante una entrevista con la Agencia EFE. EFE/Severine Sajous

Los condenados en este juicio en prisión preventiva -otros fueron liberados y 15 salieron del país de un total de 40 acusados- han permanecido más de 19.000 horas en la cárcel, sin posibilidad de confrontar a quienes los incriminan ya que las sesiones se convocaron por videoconfernecia.

“Es irónico, el día que debería haber sido el inicio de su jubilación, lo pasó entre cuatro paredes”, lamenta Khadija.

“Pero él está en paz con sus ideas y con lo que representa. Cree en lo que hizo, aunque el precio sea tan alto”, asegura. La condena ha impactado a toda la familia.

“Llevamos dos años viviendo al ritmo de la cárcel”, relata. Las condiciones son duras: visitas de 15 minutos dos veces por semana, a través de un vidrio, sin contacto físico.

“Nuestros hijos no han podido abrazar a su padre en todo este tiempo. Es lo que llaman tortura blanca”, describe.

Nunca involucrada en política, Khadija ha encontrado en este proceso una nueva conciencia y un fuerte lazo con otras esposas de presos: “Venimos de mundos muy distintos, pero nos hemos unido como una familia. No somos nada, pero somos fuertes”, considera.

La pareja tiene tres hijos. “Han vivido sin su padre los momentos más importantes: el bachillerato, la universidad, sus logros. Pero son resilientes y dignos”, afirma. “Nos sostenemos mutuamente. Él resiste porque sabe que estamos bien. Y nosotros resistimos porque él no ha perdido la esperanza”, añade.

El compromiso de Khayam Turki con la justicia social lo llevó a escribir “Demain, la Tunisie” (Mañana, Túnez), un libro que repasa dos mil años de historia del país para analizar las raíces de sus desigualdades.

“Siempre le dolió la injusticia. Soñaba con una Túnez donde cada ciudadano pudiera realizarse sin exclusión”, rememora.

Organizaciones de derechos humanos han denunciado el carácter arbitrario de las detenciones y la creciente politización de la justicia por el control del presidente tunecino.

La familia Turki espera ahora el proceso de apelación: “Sabemos que el camino judicial será largo, pero no perdemos la fe”, concluye Khadija.

Severine Sajous

Khadija Turki, mujer de Khayman Turki, hijo de exiliada española y condenado a 48 años de prisión en el macrojuicio contra opositores tunecinos acusados de "complot contra el Estado", durante una entrevista con la Agencia EFE. EFE/Severine Sajous