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Mulino defiende en la ONU la neutralidad del Canal de Panamá y gestión en manos panameñas

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, habla en la Asamblea General de la ONU. EFE/KENA BETANCUR

Naciones Unidas 24 sep (EFE).- El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, defendió este miércoles ante la Asamblea General de la ONU la neutralidad del Canal de Panamá, plasmada en un histórico tratado de 1977, así como la gestión de la vía en manos panameñas desde hace más de 25 años.

«No puedo dejar pasar esta oportunidad para destacar que hemos cumplido un cuarto de siglo desde que nuestro canal pasó a manos panameñas. A partir del 31 de diciembre de 1999, la República de Panamá asumió las obras y la operación del canal con eficiencia, seguridad, sostenibilidad y neutralidad», dijo Mulino.

Enfatizó que el Estado panameño ha «administrado de manera ejemplar la vía acuática (…) y operado el canal para beneficio de la navegación internacional», además de que se «amplió la ruta interoceánica con recursos propios para atender la demanda de buques de grandes dimensiones».

Las palabras de Mulino se dan después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, hiciera meses atrás pública su intención de «recuperar» el Canal de Panamá debido a la supuesta influencia china sobre la vía, lo que tensionó las relaciones bilaterales y atizó un pulso entre Washington y Pekín.

«La Neutralidad es la fórmula más adecuada para proteger la seguridad de nuestro canal, un bien de utilidad global, Canal de Panamá neutral abierto al mundo y facilitador de un comercio internacional más integrado, es y seguirá siendo panameño», señaló Mulino.

EE.UU. construyó a inicios del siglo XX el Canal y lo operó por más de ocho décadas, hasta su traspaso a Panamá hace 25 años, tal como lo establecen los Tratados Torrijos-Carter de 1977. La vía se rige por un Tratado de Neutralidad que está vigente desde octubre de 1979 y han suscrito más de 40 Estados y territorios.

 

Mulino pide atacar las causas de la migración

Mulino, que asumió el poder en julio de 2024, volvió a destacar la gestión de su Gobierno de la crisis migratoria que afectó al Darién en los últimos años, y que enfrentó con el cierre de los caminos en esa selva fronteriza con Colombia, aunque reconoció que las causas que originaron la masiva migración de personas» no se han solucionado.

La crisis en el Darién llegó a su peor punto en 2023 al registrar la cifra récord de más de 500.000 migrantes irregulares que han cruzado la selva hacia el norte del continente.

Pero tras la llegada de Mulino al poder en Panamá y de Trump a la presidencia de EE.UU., el 20 de enero pasado, con su renovada política inmigratoria basada en detenciones y deportaciones masivas, el flujo migratorio cayó en picada.

«Que nuestro país haya resuelto este flagelo no significa que debamos cesar en el pedido de respuestas concretas, como en el caso de la frontera entre Haití y República Dominicana, que enfrenta una migración descontrolada que también impacta a toda la región. Es fundamental encontrar soluciones claras tanto para la crisis haitiana como para el control efectivo del flujo migratorio», apuntó Mulino.

Multilateralismo y «reforma» al Consejo de Seguridad

Mulino también propuso «una reforma integral para asegurar que el Consejo de Seguridad sea más efectivo» y para que la Asamblea General sea «más representativa, las agencias especializadas más inclusivas y sobre todo reducir a burocracia», señaló Mulino, que solicitó además «mayor representación de América Latina y el Caribe en los órganos de toma de decisiones».

El presidente panameño hizo un guiño al multilateralismo, el principio sobre el que se construyó la ONU pero se encuentra cada vez más en entredicho.

«En tiempos de crisis, cuando soplan los vientos de unilateralismo, polarización y fragmentación, Panamá hará oír su voz en defensa del multilateralismo. Panamá seguirá siendo miembro entusiasta de las Naciones Unidas defensor del derecho internacional e incansable promotor de la paz mundial», concluyó Mulino.