Bangkok, 16 may (EFE).- El Gobierno de Nueva Zelanda anunció este viernes una aportación extra de más de 300 millones de euros al fondo destinado a reembolsar gastos de los estudios cinematográficos que filmen en el país, una medida que coincide con el plan del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 100 % a las películas producidas en el extranjero.
“Esta financiación ayudará a atraer inversiones, empleos e ingresos a Nueva Zelanda, impulsando nuestro crecimiento económico. Estamos enviando un mensaje claro al mundo: Nueva Zelanda es el mejor lugar para hacer películas”, declaró en un comunicado la ministra de Finanzas, Nicola Willis.
Nueva Zelanda, donde se rodó la trilogía de El Señor de los Anillos y las películas de Avatar, entre otras, ha implementado desde 2014 una serie de incentivos para atraer al país austral el rodaje de películas de Hollywood.
Además del menor coste, las productoras se ven atraídas por el reembolso del 20 % para gastos de producción superiores a 15 millones de dólares neozelandeses (8,86 millones de dólares estadounidenses o 7,91 millones de euros) para largometrajes.
“El plan de reembolso está funcionando y queremos que la industria cinematográfica de Nueva Zelanda sepa que el Gobierno respalda su crecimiento”, subraya Willis.
Por ello, Wellington anunció hoy una inyección de 577 millones de dólares neozelandeses (340 millones de dólares estadounidenses o 304 millones de euros) en la partida del presupuesto nacional, que se presentará el 22 de mayo, destinada al programa de Reembolso a la Producción Cinematográfica Internacional de Nueva Zelanda.
Con esta aportación adicional, el Gobierno eleva la financiación total del programa hasta los 1.090 millones de dólares neozelandeses (644 millones de dólares estadounidenses o 574 millones de euros) para los próximos cuatro años, remarcó Willis.
El anuncio llega después de que Trump declarara el 4 de mayo que impondría aranceles del 100 % a películas extranjeras, aunque la Casa Blanca aclaró al día siguiente que todavía no hay una decisión firme y que se está trabajando en consensuar un marco que cumpla con las directivas de Trump.
La ministra neozelandesa reseñó hoy la creciente competencia con “más de 100 territorios en todo el mundo”, como Australia, Canadá y el Reino Unido, que ofrecen incentivos “más generosos” que los de la nación oceánica para atraer a la producción de películas.
El sector cinematográfico neozelandés emplea a unas 24.000 personas y genera 3.500 millones de dólares neozelandeses al año, según los datos oficiales.