Madrid, 27 jun (EFE).- El dibujante Nazario, artista contracultural y uno de los primeros en utilizar la temática gay en su obra, se ha mostrado este viernes «apabullado y contento» de dejar su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes: las dos primeras páginas del mítico Anarcoma, un detective travesti, icono de la libertad sexual.
«Apabullado» es el sentimiento que Nazario Luque (Sevilla, 1944) ha experimentado al entrar en la cámara acorazada del Cervantes donde personalidades destacadas de la cultura guardan su legado: «Es como si estuviera en una película de esas de bandas que atracan un banco», ha dicho antes de meter en la caja 1.201 su obra que deja como patrimonio a esta institución, en víspera del Día Internacional del Orgullo Lgtbiq+.
Nazario tilda de «mojigatas» a las redes

Nazario, que ha estado acompañado en el acto por la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y el director general para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Lgtbiq+, Julio Valle de Íscar, ha reconocido que hoy no hay demasiados problemas con la censura «en lo que se refiere a la cosa erótica», pero sí se ha mostrado sorprendido de las «mojigatas» redes sociales que «eliminan cualquier imagen, si alguien denuncia que puede herir su sensibilidad».
El historietista, pieza clave de la movida barcelonesa de los años 70 y 80, ha explicado, en declaraciones a EFE, que ya no dibuja cómic, ni pinta, ahora se limita a escribir: «Cuando dejo una cosa, la dejo definitivamente».
En esa etapa de escritura, Nazario presenta este viernes ‘Crónicas del gran tirano’, de la editorial Anagrama, donde relata la relación fraternal y altruista, que durante cinco años mantuvo con un grupo de vecinos indigentes.
Y es que se decidió a escribir este libro después de la muerte de su marido Alejandro, con el convivió durante 36 años: «Me quedé bastante descolgado y entonces empecé a tratar a cuatro alcohólicos y marinos, algunos en sillas de ruedas, que vivían en la calle», cerca de su casa.
Admite que no fue algo premeditado, pero les empezó a llevar comida hasta que algunos se murieron y otros acabaron institucionalizados. «Y esos cinco años de toma y daca» los recoge en el libro, que como toda su obra tiene perspectiva autobiográfica.
Nunca se propuso ser artista referente del mundo gay
Nazario ha explicado que él nunca se propuso convertirse en un referente contracultural: «Yo empecé a dibujar para luchar contra la represión de la familia, de la iglesia y del Estado contra la homosexuales» y admite que sufrió mucho por la actitud religiosa de su madre, lo que le generó un sentimiento de culpa.
Por ello, ha señalado que sus primeros cómics fueron un «ajuste de cuentas» ante los problemas para desarrollar su sexualidad, y una vez superado esto ya comenzó una intensa actividad en el mundo del cómic desde ‘El Víbora’ hasta el mítico ‘Anarcoma’, donde relata los bajos fondos de la Barcelona canalla, combinado posteriormente con la pintura.
El artista, que estudió Filosofía y Letras, ha admitido que en su obra «todo es autobiográfico», pero nunca cuenta la vida de sus amigos salvo en lo que a él le afecta.
Ha añadido que no se siente representado por el término underground que considera «reduccionista, falso y ambiguo» y sí ha dicho enmarcar mejor su obra en lo marginal, entendido como «al margen de la cultura oficial».
La ministra Redondo advierte de la ola reaccionaria
En el acto, la ministra Redondo ha valorado el «espíritu libre» de Nazario, más en momentos «complicados para la construcción de la democracia. Hoy, más necesaria que nunca. No la libertad de tomarse unas cañas sino de abrir el espacio a todos los que piensan, sienten y aman de manera diferente».
Ha coincido con Nazario en los «tiempos mojigatos» si bien en este caso, Redondo se ha referido a la «ola reaccionaria» que amenaza con una España que ya no existe, en blanco y negro.
Finalmente, ha comentado, a modo de anécdota, que Anarcoma es una de las historietas preferidas de su hija, que fue un regalo de Reyes que «costó encontrar» y hoy está presente en la biblioteca de sus casa.