Ni costura, ni catas: guía sobre cómo gastar los fondos contra la violencia machista

Ni talleres de cocina o costura, ni catas, ni festivales de música, ni actividades para el colectivo LGTBI: el Ministerio de Igualdad y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) han elaborado una guía para enseñar a los ayuntamientos cómo deben emplear los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. EFE/ Orlando Barría

Madrid, 7 may (EFE).- Ni talleres de cocina o costura, ni catas, ni festivales de música, ni actividades para el colectivo LGTBI: el Ministerio de Igualdad y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) han elaborado una guía para enseñar a los ayuntamientos cómo deben emplear los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

La ‘Guía breve de buenas prácticas del uso de los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género por parte de las Entidades Locales’, presentada este miércoles en Madrid, precisa ejemplos que “de ningún modo” encajan con el espíritu del Pacto y que por tanto no serían subvencionables.

Nada de talleres de cocina, punto, costura o sostenibilidad ambiental; ni cata de productos alimenticios; ni actividades relacionadas con el colectivo LGTBI o “cualquier forma de discriminación o desigualdad de trato no específicamente relacionada con la violencia contra las mujeres”; ni festivales de música feminista; ni torneos deportivos sin enfoque claro de lucha contra la violencia machista ni actividades para menores salvo que responsan a medidas concretas incluidas en el Pacto.

Tampoco serían subvencionables gastos de inversión, carreras de tacones, talleres de maquillaje, cenas para mujeres de carácter lúdico, concursos de pinturas, psicología sensitiva o talleres de elaboración de productos de limpieza.

Tras detectar que los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género no se estaban utilizando bien en algunos lugares, la Delegación del Gobierno contra la Violencia y la FEMP han creado esta guía que quiere servir de orientación práctica que las entidades locales hagan un uso eficiente de la financiación contra las violencias machistas.

Las actividades deben estar vinculadas a las medidas del Pacto de Estado, ya sean relativas a la sensibilización y la prevención; la asistencia y protección de las víctimas, la formación de los agentes implicados en esta lucha; la elaboración de estadísticas y estudios y la visibilización y atención a distintas formas de violencia contra las mujeres.

Entre las buenas prácticas caben el refuerzo de los servicios municipales implicados en la lucha contra la violencia de género; la detección temprana en los servicios públicos de proximidad; el fortalecimiento de la protección y la seguridad de las víctimas en riesgo; la elaboración de informes diagnósticos sobre la prevalencia de la violencia a nivel municipal; las acciones de capacitación de profesionales y sensibilización social; la atención psicológica, el asesoramiento legal y el acompañamiento social de las supervivientes o el impulso de los puntos violeta.

Por último, el documento advierte a las entidades locales de que se van a revisar los criterios de distribución de fondos para regorzar las buenas prácticas y que se tendrán en cuenta, entre otros aspectos, la existencia de planes de igualdad, el porcentaje del presupuesto municipal destinado a programas de igualdad y las acciones de prevención de violencias machistas y/o la atención a víctimas de violencia de género.