San José, 12 jun (EFE).- El Gobierno de Nicaragua, que presiden los esposos Daniel Ortega y Rosario Murillo, anunció este jueves su retiro de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), a la que acusó de emitir publicaciones «sesgadas y parcializadas», y de «convertirse en un instrumento de manipulación, de doble rasero y de injerencia en los asuntos internos de los Estados».
En una carta dirigida al alto comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi, el Gobierno de Nicaragua comunicó su decisión irrevocable de retirarse de Acnur.
«Le saludamos en ocasión de hacer referencia a las sesgadas y parcializadas publicaciones que esta organización ha realizado, llenas de engaños y manipulaciones, distanciadas totalmente de la verdadera realidad del pueblo y de las familias nicaragüenses», escribió el ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Valdrack Jaentschke, en la carta.
«ACNUR, como órgano subsidiario de la Asamblea General de las Naciones Unidas, ha dejado de lado su naturaleza acordada por las naciones miembros, para convertirse en un instrumento de manipulación, de doble rasero y de injerencia en los asuntos internos de los Estados, al servicio de las potencias que aún no aceptan el derecho de los pueblos y naciones a su soberanía y autodeterminación», continuó.
Nicaragua sostuvo que Acnur «aplica valoraciones dispares entre los países, siendo permisivos, tolerantes y totalmente indiferentes con las barbaries irracionales que cometen las potencias en contra de los países en vías de desarrollo».
«Para el Gobierno de Nicaragua estas prácticas contravienen los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas y atentan contra la soberanía de nuestro pueblo, razón que nos ha llevado a tomar la decisión irrevocable de no continuar formando parte de este órgano», explicó.
«Por lo anterior, notificanos nuestra decisión soberana de retiramos a lo inmediato de la Agencia de la ONU para los Refugiados», indicó.
ACNUR, la sexta agencia de la que se retira Nicaragua
El pasado 4 de febrero, Nicaragua anunció su salida de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y ordenó además el cierre «a lo inmediato» de su representación y de sus oficinas en Managua, luego de que ese organismo incluyera al país como una de las naciones con mayor hambre en el mundo.
Tres semanas después, el régimen sandinista, en el poder desde 2007, anunció su retirada del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas tras conocer un informe del Grupo de Expertos de Derechos Humanos sobre Nicaragua, que pidió condicionar el acceso preferencial de Nicaragua al mercado de Estados Unidos y de la Unión Europea (UE) a parámetros de derechos humanos, e instó a demandar al país ante la Corte Internacional de Justicia por privar de la nacionalidad a al menos 452 nicaragüenses.
Un día después, el 28 de febrero, el Ejecutivo sandinista anunció su retiro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a las que acusó de actuar «politizadamente prestándose a maniobras de desestabilización e injerencismo» sobre Nicaragua, y de no cumplir con la misión para la que fueron creados.
A esas agencias se le sumó en mayo pasado la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a la que el Gobierno de Nicaragua le notificó sobre su retirada en protesta por la atribución al periódico nicaragüense La Prensa de su Premio Mundial a la Libertad de Prensa.
de esta manera Acnur es la sexta agencia de la que Ortega y Murillo retiran a Nicaragua en este año.
El país centroamericano atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se acentuó tras las controvertidas elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega, de 79 años, fue reelegido para un quinto mandato -cuarto consecutivo-, con sus principales contendientes en prisión y a los que luego expulsó del país, y los privó de su nacionalidad y de sus derechos políticos tras acusarlos de «golpistas» y de «traición a la patria».