San José, 8 jul (EFE).- Organismos humanitarios, opositores y familiares de fallecidos en el marco de las protestas que estallaron hace siete años contra el Gobierno que preside Daniel Ortega en Nicaragua exigieron este martes justicia por las víctimas que dejó la denominada ‘Operación Limpieza» en el departamento (provincia) de Carazo, en el Pacífico.
En una declaración, la ONG Colectivo de Derechos Humanos para la Memoria Histórica de Nicaragua indicó que el 8 de julio de 2018 al menos 2.000 hombres, equipados con armamento pesado, que actuaban con la aquiescencia de la Policía y el Ejército, atacaron por más de 12 horas los municipios de Diriamba, Dolores y Jinotepe, de la provincia de Carazo, causando entre 22 y 38 muertos y 30 detenidos.
«En menos de 12 horas, la brutal ‘Operación Limpieza’ se llevó la vida de 38 nicaragüenses, marcando el momento más sangriento de la represión contra quienes se alzaron pacíficamente contra la dictadura», indicó ese colectivo, integrado por activistas nicaragüense exiliados y con sede en Costa Rica.
El defensor de esa ONG Salvador Marenco dijo a través de un audio enviado a la prensa que ese día las autoridades nicaragüenses cortaron las comunicaciones y los hospitales fueron ocupados por «paramilitares», en medio de una «despiadada violencia» estatal «que desmanteló tranques y barricadas, dejando un saldo de lágrimas y miedo que aún persiste».
«Siete años después, la impunidad sigue siendo una herida abierta. La represión del régimen no ha cesado; ahora persigue a sus víctimas más allá de las fronteras, como lo demuestran los recientes atentados contra el mayor en retiro Roberto Samcam en San José, Costa Rica, y los múltiples intentos de asesinato contra Joao Maldonado», advirtió.
El Colectivo, dijo Marenco, mantiene su «compromiso de acompañar a las familias, exigir justicia y mantener viva la memoria de cada vida arrebatada», porque «sus historias, su dignidad y su lucha son el motor para seguir buscando un país justo y libre».
Sandinistas celebraron «liberación» de provincia
Por su lado, la Unidad de Exiliados Nicaragüenses, con sede en Costa Rica, dijo en un pronunciamiento que «a siete años de la masacre en Carazo: no olvidamos, no perdonamos».
«Un día como hoy, 8 de julio de 2018, el régimen Ortega-Murillo desató una brutal ofensiva conocida como ‘Operación Limpieza’ en los municipios de Carazo. Más de 30 nicaragüenses fueron asesinados a sangre fría por fuerzas combinadas de paramilitares, policía y ejército», denunció esa unidad.
Para ese grupo de exiliados, ese día «marcó uno de los episodios más cruentos de la represión estatal en Nicaragua», pues la provincia de Carazo fue «escenario de una masacre planificada, ejecutada con armas de guerra y absoluta impunidad».
En tanto, las autoridades de Carazo, bajo el control de los sandinistas, y la Policía Nacional conmemoraron el pasado sábado, con una caminata, el séptimo aniversario «de la liberación de los tranques de la muerte» en esa zona de Nicaragua.
También rindieron homenaje a dos policías que fallecieron en el marco de ese operativo, quienes, según los organizadores, murieron «en la restauración de la paz» en Carazo.
El 18 de abril de 2018 estalló una revuelta popular por unas controvertidas reformas a la seguridad social y que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia del presidente Ortega tras responder con la fuerza.
Las protestas, calificadas por el Ejecutivo como «intento de golpe de Estado», dejaron al menos 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 684, mientras que Ortega reconoce que fueron «más de 300» y que se trató de un intento de golpe de Estado.