Noah Strycker: «Observar a las aves ayuda a repensar nuestra relación con la naturaleza»

El ornitólogo y escritor estadounidense Noah Strycker en una imagen cedida por la editorial Capitán Swing.

 Redacción Medioambiente, 6 jul (EFE).- Las aves no sólo vuelan o cantan: también recuerdan, cooperan, juegan o se emparejan de por vida, lo que revela «conexiones profundas con los humanos y ofrece una vía para repensar nuestra relación con la Naturaleza y abordar su conservación», sostiene en entrevista con EFE el ornitólogo estadounidense Noah Strycker.

Strycker invita a mirar a las aves no ya como sujetos de estudio, sino como «seres que pueden reflejar, de manera asombrosa, aspectos de la experiencia humana» en casi cualquier ámbito del comportamiento de las aves -reproducción, movimientos, comunicación o inteligencia- pues «existen paralelismos con el nuestro en lo físico, lo mental y en algo más difícil de definir, casi espiritual».

En su libro ‘Esa cosa con plumas’ (Capitán Swing), este especialista reúne trece historias en las que, combinando observación científica y reflexiones personales, distintas especies de aves ilustran conceptos abstractos como la memoria, la fe o el amor, abarcando aspectos como la orientación de las palomas para encontrar el camino a casa o la habilidad de los estorninos para formar bandadas.

Emociones en aves

El ornitólogo y escritor estadounidense Noah Strycker en una imagen cedida por la editorial Capitán Swing.

«Creo que es útil hablar de emociones o pensamientos en aves con ejemplos concretos que nos permitan identificarnos con ellas» afirma Strycker, como sucede con los albatros, que forman vínculos de pareja duraderos: «ver cómo interactúan entre ellos me hizo pensar que quizás sí sienten amor o algo muy parecido a los que nosotros llamamos así».

Otro caso que recoge en su obra es el de ‘Snowball’, una cacatúa que se hizo viral por bailar al ritmo de una canción del grupo de música ‘Backstreet Boys’, puesto que «puede moverse acompasado con la música y, aunque parezca algo trivial, desafía nuestras ideas sobre la inteligencia no humana» así como la cognición animal.

El mensaje del libro no es que las aves sean como los humanos, asegura, sino que entenderlas desde lo que hacen puede ampliar la percepción humana de la vida ya que en su opinión «los pájaros son criaturas inherentemente interesantes, cada uno tiene su propia personalidad, sus pensamientos y sus deseos», añade Strycker.

Observación y conciencia

La conservación, insiste el ornitólogo, empieza por tomar conciencia de su presencia: «primero hay que observarlas, valorarlas y, después proteger sus hábitats» ya que su deterioro es «la amenaza más urgente que enfrentan muchas especies».

Estudiar sus comportamientos y monitorearlos a través de estudios a largo plazo «puede ayudar a defenderlas mejor y a entender como viven y qué necesitan» para ayudar en su conservación.

Con esa intención, Strycker recorrió el mundo en 2015 durante un ‘Big Year’, una iniciativa personal para observar el mayor número posible de aves en el plazo de un año.

Durante esta experiencia, el ornitólogo llegó a viajar por 41 países en los que pudo avistar un total de 6.042 especies, lo que supone un récord mundial para lo que recuerda como «un gran año de observación, pero también de conexión con otros amantes de los pájaros».

Este especialista ha destacado que «no hace falta ir lejos para iniciarse en la observación de aves» y, esa accesibilidad es precisamente «una oportunidad para conectar con la biodiversidad» a través de una rutina sencilla: «elige un lugar cercano, vuelve cada semana y observa, no tardarás en sentir que estás conociendo nuevos amigos», resume.