Lima, 6 oct (EFE).- Al grito de «nos están matando», cientos de transportistas de Lima Metropolitana y la provincia anexa del Callao acatan este lunes un nuevo paro, que afecta a decenas de miles de ciudadanos, y ha sido convocado para exigir mayores medidas de seguridad ante el embate del crimen organizado.
El paro fue anunciado después de que el conductor de un autobús fuera asesinado durante la noche del sábado en el distrito de San Juan de Miraflores, en el sur de Lima, a lo que se sumó el domingo el ataque contra otro chofer, que resultó herido, en el distrito de San Juan de Lurigancho, en el este de la capital.
Las empresas de transporte público de Lima sufren en los últimos meses un incremento notorio de los casos de extorsiones y ataques cometidos por presuntos sicarios contra choferes mientras, en muchos casos, conducen los vehículos llenos de pasajeros.
«Nos están matando» fue el reclamo común de los transportistas que salieron a protestar en diferentes partes de Lima durante la mañana de este lunes.
Los transportistas formaron piquetes y bloquearon algunas vías de la capital peruana, sobre todo en las avenidas Túpac Amaru y Universitaria, en el norte de Lima, así como en otros lugares de distritos como San Juan de Lurigancho y San Juan de Miraflores.
Un reclamo generalizado

«Todos somos el pueblo, todos tenemos derecho a vivir, nos están matando, ¿qué están esperando?», señaló a la Agencia EFE una vecina de San Juan de Lurigancho que se unió a la protesta.
El dueño de uno de los vehículos de transporte público, identificado como José Quispe, añadió que la protesta es pacífica pero se quejó de que las autoridades les impiden el paso en su intención de marchar hacia el centro histórico para llegar hasta la sede del Congreso.
«La autoridad no nos ayuda, nos ocasiona más problemas», afirmó a EFE antes de reiterar que la paralización «es por lo que está pasando: el tema de la extorsión que estamos día a día viviendo».
«Ya no podemos resistir más, por eso estamos saliendo pacíficamente a reclamar nuestros derechos», enfatizó antes de pedir a «la autoridad que trabaje, que solucione nuestros problemas que día a día estamos viviendo».
Policía califica de «criminal» los bloqueos

Mientras, el comandante general de la Policía, Óscar Arriola, criticó los bloqueos de calles y avenidas ejercidos por los autobuses, lo que calificó como un comportamiento criminal que obliga a las autoridades tomar acción contra quienes impulsan la protesta.
Tal como ya afirmó el jueves pasado, cuando también se presentó una paralización parcial del transporte público en Lima y el Callao, la presidenta Dina Boluarte reiteró que un paro «no va a resolver» el problema del incremento del embate del crimen organizado.
«Un paro de 24 horas, 48 horas, hermano transportista, no resuelve ni va a resolver el problema, todos tenemos que sumar», sostuvo la gobernante durante una actividad en la que se anuncio el bloqueo durante este año de más de 1,5 millones de teléfonos celulares vinculados a estafas y extorsiones.
Ministro habla de paro parcial
Por su parte, el ministro del Interior, Carlos Malaver, señaló que el Gobierno busca «incentivar la cultura de la denuncia» de las redes criminales y rechazó que las autoridades no estén tomando medidas para combatirlas.
«Hay muchas voces que indican que no se está haciendo nada, creo que no se puede caer en desmerecer lo que hace el Ejecutivo porque hace los máximos esfuerzos para devolver la seguridad a los 33 millones de peruanos», sostuvo.
A pesar del notorio impacto que ha tenido la paralización en el transporte en la capital peruana, el ministro agregó en una posterior declaración que la protesta solo ha sido sentida parcialmente en la capital y se quejó de que las críticas que se hacen a las autoridades por presuntamente minimizar estas protestas se basan en declaraciones que los medios «sacan de contexto».