Noventa años de Alcohólicos Anónimos: las mujeres representan un tercio de sus miembros

Bajo el lema 'Una historia de esperanza compartida', Alcohólicos Anónimos celebra su 90 aniversario con un acto especial en el que reunirá a expertos en adicción al alcohol y salud emocional, testimonios de historias de superación y familiares que ahondarán en su proceso de recuperación. EFE/ Blanca Millez

Madrid, 10 jun (EFE).- El número de mujeres que se han integrado en Alcohólicos Anónimos ha ido aumentando progresivamente hasta suponer un tercio del total, y mientras antes eran amas de casa sin estudios, hoy también son profesionales con formación a las que las dificultades personales las empujan a un consumo problemático.

Vista de una de las mesas redondas durante el 90 aniversario de Alcohólicos Anónimos bajo el lema 'Una historia de esperanza compartida', un acto especial en el que reunirá a expertos en adicción al alcohol y salud emocional, testimonios de historias de superación y familiares que ahondarán en su proceso de recuperación. EFE/ Blanca Millez

La comunidad internacional ha conmemorado este martes su 90 aniversario con un acto especial en el que, bajo el lema ‘Una historia de esperanza compartida¡, profesionales de la salud mental, miembros y familiares han profundizado en uno de los principales problemas de salud pública.

Alcohólicos Anónimos nació en Akron, Estados Unidos, en 1935, cuando un hombre de negocios de Nueva York, Bill W., que había conseguido no beber tras haberlo intentado en varias ocasiones durante varios años, buscó a otro alcohólico para compartir sus experiencias.

En la actualidad, la integran más de 2 millones de personas de más de 180 países, uno de ellos España; aquí aterrizó en 1970 -aunque no se legalizó hasta 1979- y hoy se celebran más de 1.000 reuniones semanales en alguno de sus grupos repartidos por todo el territorio.

Un 46 % tiene estudios

Según la organización, el número de personas que demandan tratamiento por alcohol ha ido disminuyendo hasta los 3.645 en 2023 frente a los 4.048 que había en 2012. Su edad media es de 56,81, aunque hay agrupaciones, como la de Cuenca, que se reduce a los 46,9 años.

Uno de los aspectos en los que Alcohólicos Anónimos ha hecho hincapié es en el número creciente de mujeres integrantes: en los 80, por cada una, había entre 7 y 8 varones, en la actualidad hay una entre 3 y 4 varones.

«En las mujeres el alcoholismo constituye un plus, porque ha sido mucho mas estigmatizada: ellas beben en muchas ocasiones en soledad, sin ninguna red de apoyo y con mucha presión social», ha destacado Timanfaya Hernández, decana del Colegio Oficial de Psicología de Madrid.

Hace 40 años, el perfil era el de amas de casa mayores de 50 años, con escasa formación y con hogares «vacíos» tras la marcha de sus hijos, pero hoy se ha añadido uno nuevo, el de profesionales con formación que han ido adquiriendo el hábito de consumo en la adolescencia, que lo han mantenido en su vida adulta y que lo han intensificado ante problemas personales y familiares.

De hecho, en los niveles bajos, los hombres son más numerosos; en los intermedios de Bachiller y FP de grado medio se equilibran, pero en los estudios universitarios y de FP Grado Superior las mujeres les superan ampliamente: el 46 % tienen estudios por encima del bachiller (FP de grado superior y estudios universitarios), 15 puntos más que ellos.

Una caña ya es «cancerígena»

Otras diferencias aparecen en la edad de inicio: ellas empiezan a los 21 y ellos a los 16; desarrollan el hábito siete años más tarde -de 24,5 años a 31,5 años- y los problemas aparecen cinco años después -a los 35,7, frente a 30,2-.

«Tomar una caña ya es cancerígeno», ha subrayado el médico de familia Juan Urbina.

El riesgo de cáncer aumenta con la dosis ingerida hasta un 400 % del de esófago o un 122 % el de estomago. En el de mama, es «especialmente agresivo», de modo que por cada 10 gramos ingeridos diariamente, sube un 7,1 %. Beber estando embarazada provoca trastorno del espectro alcohólico fetal y otros de tipo metabólicos o cardiovascular, entre otros muchos.

«No existe ninguna ingesta de alcohol segura», ha zanjado.

El «lubricante perfecto»

En principio, Pilar pensaba que «no tenía ninguna probabilidad de ser alcohólica», puesto que lo atribuía a las clases sociales más desfavorecidas, personas sin estudios o de familias desestructuradas, condiciones que ella no reunía.

Pero en plena «rebeldía» de la adolescencia, probó el alcohol a los 14, y de ahí, se «convirtió en la salvación a ese vacío que sentía, a esa sensación de desconexión que tenía con los demás».

El alcohol era el «lubricante perfecto». Dejó su casa, sus estudios. Con más de 30, casada y con un hijo, seguía «lubricando su vida» con la bebida, hasta que con 47, con una «vida triste y vacía», pensó en quitársela.

Alcohólicos Anónimos se la salvó; allí encontró «muchos valores que desconocía» y, reunión tras reunión, empezó a integrar valores como el agradecimiento, la generosidad, la aceptación o la disciplina que le hicieron «más soportable el vacío» y la han llevado a «una vida nueva, que es totalmente útil y feliz».