París, 12 jul (EFE).- Nueva Caledonia, territorio de ultramar a 17.000 kilómetros de París, no será independiente, pero sí «un Estado inscrito en la Constitución de la República francesa que podrá ser reconocido por la comunidad internacional», acordaron este sábado partidarios y opuestos a la independencia de las islas.
Este singular encaje Constitucional, inédito en el actual ordenamiento jurídico francés, ha sido la solución encontrada en el compromiso político logrado en Bougival (afueras de París), tras diez días de intensas negociaciones organizadas por el Gobierno francés.
El objetivo del texto hecho público es hallar «una solución perenne» para pacificar esta antigua colonia francesa en el Pacífico escenario de varios episodios de violencia, el último de ellos la rebelión de hace un año que se saldó con 14 muertos y unos 2.000 millones de euros en daños materiales.
El acuerdo, no obstante, aún debe ser aprobado por los habitantes de Nueva Caledonia, previsiblemente en 2026, y tener antes de esa fecha el visto bueno del Congreso del Parlamento francés, en el que el Senado y la Asamblea Nacional se reúnen excepcionalmente para validar una reforma constitucional.
«Estoy orgulloso de que se haya logrado un acuerdo a la altura de la historia: organización singular de ‘un Estado de Nueva Caledonia’ en el seno del conjunto nacional, inscrito en la Constitución de la República francesa», se felicitó en las redes el primer ministro francés, François Bayrou.
El jefe de Gobierno agradeció el esfuerzo de los negociadores y el del ministro de Ultramar de Francia, Manuel Valls, encargado de conducir las negociaciones desde febrero pasado y quien firmó el acuerdo de hoy.
Aparte de este nuevo encaje institucional del archipiélago de 270.000 habitantes, el pacto entre los representantes de los aborígenes ‘canacos’ -pro-independencia y que representan el 41 % de la población- y los ‘leales’ -favorables a la unidad- comprende la creación de la nacionalidad caledoniana, junto a la francesa. Una persona no podrá tener una nacionalidad únicamente caledoniana.
Las competencias de Estado se mantienen, de momento, en manos de París, aunque el texto aprobado contempla la trasferencia de algunas de ellas, entre las que figuran la diplomacia, la justicia y la moneda. También queda en abierta la posibilidad de un reconocimiento de Nueva Caledonia por parte de la ONU.
El ámbito de la Defensa seguirá correspondiendo a París y el de la y la Seguridad lo podrá ejercer Nueva Caledonia, aunque bajo un acuerdo de asociación con Francia, que incluirá la formación de agentes. También figura un plan para relanzar la explotación del níquel en Nueva Caledonia.
El compromiso rubricado hoy incluye a los principales representantes de los partidos que integran el Frente de Liberación Nacional Kanak y Socialista (FLKS), el movimiento político pro-independencia, junto a figuras de los ‘leales’ como la antigua Secretaria de Estado de la Ciudadanía Sonia Backès.
La reciente liberación del líder del FLKS Christian Tein, quien sigue bajo control judicial, ha podido contribuir a rebajar la tensión y al éxito de las negociaciones. Francia había encarcelado provisionalmente a Tein acusado de estar detrás de la insurrección de 2024 como jefe de la Célula de Coordinación de las Acciones de Terreno (CCAT).
El pacto pondrá finalmente en marcha una ampliación del censo electoral que incluya a los nativos o los que residen en las islas desde hace al menos 15 años.
Hasta ahora, los que llegaban después de 1998 -tras el Acuerdo de Numea- estaban excluidos de las listas. Esta era una medida promovida por los ‘canacos’, quienes denunciaban que París quería inflar los censos con sus votantes anti-independencia.
Fue precisamente el proyecto para cambiar esa norma la que desató la violenta insurrección de hace un año en las islas.
En Nueva Caledonia se han celebrado tres referendos de autodeterminación (2018, 2020 y 2021) que terminaron con un ‘no’, en medio del boicot y las críticas de las autoridades ‘canacas’.