Sídney (Australia), 20 ago (EFE).- El Gobierno de Nueva Zelanda aprobó este miércoles el veto a las carreras de galgos a partir de agosto de 2026, una semana después de que la asociación que organiza estas competiciones pidiera al Tribunal Supremo impedir el fin de esta industria, señalada como cruel y violenta por organizaciones animalistas.
«El Gabinete acordó formalmente el cierre de la industria de las carreras de galgos», dice un comunicado del Ejecutivo, en el que adelantan que redactarán una ley para que el Parlamento apruebe a finales de año la medida, anunciada en diciembre pasado y que pondrá fin a las carreras de galgos el 31 de julio de 2026.
«La decisión se tomó tras la preocupación persistente por el bienestar animal y tres revisiones de la industria (2013, 2017 y 2021), que señalaron importantes problemas de seguridad», indica el escrito.
El Gobierno prometió una transición ordenada que incluya el bienestar de los perros y la certeza de otro trabajo para quienes se dedican a estas carreras, por lo que se creará una agencia que garantizará la reubicación de los animales y la atención de las personas vinculadas a la industria.
«A nivel mundial, la industria está en declive, y Tasmania anunció recientemente el fin de las carreras de galgos. La conclusión es que demasiados perros siguen muriendo y sufriendo lesiones graves, y es hora de hacer lo correcto», expresó, citado en el escrito, el canciller y ministro de Carreras, Winston Peters.
La asociación rectora del sector, Greyhound Racing, consideró en jueves pasado que la postura del Ejecutivo «tiene importantes consecuencias económicas y sociales», especialmente sobre la vida de unas 1.054 personas que trabajan a tiempo completo en esta área.
Aunque la asociación -que apoya a los clubes afiliados en esta disciplina- aseguró que su asesor jurídico presentó un recurso ante la máxima corte, no ofreció detalles sobre los plazos de espera o el alcance de la respuesta que aguardan.
La propuesta, apoyada por la coalición conservadora gobernante y por la oposición laborista, también busca evitar el sacrificio y realojar a unos 2.900 galgos de competición registrados en el país.
En Nueva Zelanda, donde este tipo de competiciones son populares, hay siete clubes de carreras de galgos y seis pistas de carreras.
Con esta medida, Wellington busca unirse a otros territorios que ya han prohibido esta controvertida industria, como Argentina (2016), Uruguay (2018) o el estado estadounidense de Florida (2021).