Enric Sitjà Rusiñol
Barcelona, 15 ago (EFE).- Ante los cambios de hábitos que conlleva el verano, las personas que se están recuperando de una adicción tienen que intentar confeccionar nuevas rutinas y expresar todas sus emociones, recomienda la directora técnica de Proyecto Hombre Cataluña, Cristina Vidal.
«El verano genera un contexto de cambio de rutinas, tenemos más tiempo y hay mucha más oferta de ocio al aire libre, lo que genera un caldo de cultivo en el que las personas con o sin adicciones nos permitimos ciertas licencias», explica Vidal en una entrevista con EFE en la sede barcelonesa de Proyecto Hombre Cataluña, organización que se dedica desde 1995 al tratamiento y prevención de las adicciones.
Esta permisividad puede traducirse en un consumo más frecuente de sustancias tóxicas, como el alcohol, y en la participación en actividades no habituales durante el resto del año: «Al final, hay más riesgos que asumir».
Nuevos hábitos y «más escucha que nunca»

Para evitar una recaída, y ante el cambio de rutinas producido por las vacaciones, la directora técnica emplaza a la sociedad a construir nuevos hábitos «que permitan disfrutar» de los días de verano y ser «más creativos».
Además, Vidal avisa de que es una época en la que las personas en rehabilitación «se tienen que escuchar más que nunca», para «conectar» con posibles pensamientos negativos, con el malestar o con el miedo a una recaída y poderlos expresar a su entorno.
«Todo esto no solo lo trabajamos en verano», apostilla, porque cada paciente, en un proceso de recuperación de aproximadamente un año de duración, tiene un plan de trabajo individual, con unos objetivos y la tarea «muy bonita» de reconstruir su proyecto vital.
Talleres para detectar situaciones de riesgo
Proyecto Hombre Cataluña organiza, antes de las vacaciones estivales, unas actividades que simulan situaciones similares a las que las personas en rehabilitación podrían encontrarse durante el verano, para detectar situaciones de riesgo y aprender a esquivarlas.
Así, la voluntad de los talleres es que los pacientes hagan «un análisis muy sincero» de su realidad, a partir de su «patrón de consumo», para detectar posibles momentos complejos y establecer sus líneas rojas.
«Tú no puedes evitar que haya alcohol en la calle o que la sociedad banalice su consumo, pero sí puedes tener claro qué mensajes quieres enviar o cuáles son tus límites», afirma Vidal.
La familia es «un pilar básico»
El círculo familiar es «un pilar básico» durante las vacaciones estivales porque desarrolla múltiples funciones en el proceso de rehabilitación.
«Es un factor de protección porque la familia puede acompañar a la persona para evitar riesgos innecesarios», así como detectar si el paciente «está entrando en un proceso de recaída», ejemplifica Vidal.
Además, destaca que los familiares y las amistades son quienes, a menudo, detectan la existencia de un problema de salud: «Muchas veces son los primeros que cogen el teléfono para pedir ayuda».
Navidad, otra época «crítica» del año
La directora técnica de Proyecto Hombre Cataluña identifica la Navidad como otra época del año «un poco crítica» para las personas en rehabilitación, por las tradiciones «instaladas» en la sociedad que se basan en largas sobremesas y el consumo de alcohol.
De hecho, sitúa cierto repunte de peticiones de ayuda en septiembre y en enero.
«No quiere decir que haya más problemas de adicciones en estas épocas», clarifica Vidal, pues las solicitudes «se mantienen estables» durante el año, «pero sí que el calendario nos marca momentos en los que hacemos un ejercicio de sinceridad con uno mismo, de propósitos de año o curso escolar nuevo».