Madrid, 06 ago (EFE).- ‘Nunca más’ es una película finlandesa sobre el empresario Abraham Stiller, que consiguió frenar deportaciones de judíos a Alemania en la II Guerra Mundial, pero vivió atormentado por los casos en los que falló: «Es una historia muy universal sobre la culpa», ha explicado a EFE su director, Klaus Härö.
Basada en hechos reales, la película, que se estrena este viernes 8 de agosto, nos traslada a Helsinki en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, mientras Finlandia mantiene una peligrosa alianza con la Alemania nazi, y entrega en secreto a refugiados judíos a la Gestapo.
La historia ha estado 20 años en la mente de su director, nominado a los Globos de Oro por ‘La clase de esgrima’ en 2015, pero por cuestiones de oportunidad y financiación no pudo llevarla a los cines hasta ahora, un momento «muy deprimente», admite, por «las diversas cosas que están sucediendo en el mundo» pero que en ningún caso estaba planeado.
«Mientras rodábamos la película ocurrieron los atentados terroristas [de Hamás, en 2023] y, por supuesto, cuando ocurren estas cosas, uno se da cuenta de la importancia del hecho de que, desde la Segunda Guerra Mundial, no se habían asesinado tantos judíos de esta manera», afirma, preguntado por el conflicto entre Israel y Palestina.
Como «la otra cara de la moneda», remarca que en el estreno en Finlandia hace unos meses «la gente dijo que era muy refrescante e inspirador, en medio de todo lo que está sucediendo en el mundo, ver a alguien que al menos intenta hacer algo», dice.
«Creo que en cierto modo, el mensaje de la película es que tal vez no puedo cambiar todo en el mundo. Tal vez pueda cambiar algo pequeño, solo aquí, cerca de mí, y tal vez eso importe», añade.
Inspirada en la vida real del empresario —hermano del legendario cineasta Mauritz Stiller, descubridor de Greta Garbo—, la película retrata la tensión entre la razón de Estado y la humanidad.
Stiller, a quien el director ve como «un tipo con un gran corazón y una gran boca» que le recuerda a Peter Falk en la serie de los años setenta ‘Colombo’ -«un poco desaliñado, encantador e irritante a la vez»- inició una lucha a contrarreloj para detener estas deportaciones encubiertas, y lo logró en muchos casos, pero no en todos.
«Creo que todos podemos reconocer situaciones en las que quisiste ayudar a alguien, pero no pudiste. Hicieras lo que hicieras, no era suficiente porque las circunstancias te superaban. ¿Y cómo sobrevives a eso?», se cuestiona Härö, para quien «la esencia de la película es preguntarse si vale la pena involucrarse en algo cuando no sabemos si terminará bien o no».
El asunto de la culpa se representa en la película de manera cromática: el presente del protagonista, que «vive en una especie de prisión mental», se representa en blanco y negro. En cambio, sus fuertes recuerdos son en color.
Respecto al papel del gobierno finlandés en aquellos años, Härö destaca que «para los países pequeños, como para las personas pequeñas, siempre es una tentación cuando los grandes -como Alemania- dicen: «Puedes jugar con nosotros».
«Finlandia tenía a la Unión Soviética por un lado y a Alemania por otro. Así que querían ser amigos de Alemania porque podrían ganar la guerra. Pero, al mismo tiempo, no querían ir demasiado lejos porque podrían no ganar la guerra. Así que creo que la mayoría de la gente estaba bastante en el medio», destaca.
«A veces eso funciona bien. Pero si no tienes claros tus valores, y si quienes querían deportar a los judíos en este caso no eran tantos, pero los demás estaban dispuestos a ceder de alguna manera, eso lo hizo posible».