Obras de Plensa, Miró y Picasso exploran, en una exposición, su creación en los grabados

Obras de Jaume Plensa conviven con otras de Joan Miró y Pablo Picasso en la Galería Gothsland de Barcelona en la exposición 'The Art of Master Prints', que explora el proceso de creación del grabado en los tres artistas. EFE/Enric Fontcuberta

Barcelona, 13 may (EFE).- Obras de Jaume Plensa conviven con otras de Joan Miró y Pablo Picasso en la Galería Gothsland de Barcelona en la exposición ‘The Art of Master Prints’, que explora el proceso de creación del grabado en los tres artistas.

Obras de Jaume Plensa conviven con otras de Joan Miró y Pablo Picasso en la Galería Gothsland de Barcelona en la exposición 'The Art of Master Prints', que explora el proceso de creación del grabado en los tres artistas. EFE/Enric Fontcuberta

A través de una treintena de obras, esta exposición, que estará abierta al público hasta el próximo 27 de junio, invita a los visitantes a “explorar la destreza y la innovación en la técnica del grabado, revelando las facetas del proceso de estos grandes maestros del arte”, ha explicado a EFE el director de Gothsland, Gabriel Pinós.

Obras de Jaume Plensa conviven con otras de Joan Miró y Pablo Picasso en la Galería Gothsland de Barcelona en la exposición 'The Art of Master Prints', que explora el proceso de creación del grabado en los tres artistas. EFE/Enric Fontcuberta

En la muestra se puede contemplar una de las series más exclusivas de Plensa, comercializada íntegramente en Estados Unidos, de la que se ha realizado una edición limitada de sólo 30 ejemplares con las cabezas escultóricas más icónicas y exitosas del artista barcelonés a nivel mundial.

Durante los últimos 35 años Plensa ha producido una obra multifacética, en la que había trabajos íntimos y delicados y en paralelo a sus grandes obras monumentales.

En la exposición se exhiben grabados de algunas de sus esculturas de cabezas femeninas: ‘Lucía’, ‘Carlota’, ‘Berta’, ‘Carla’ y ‘Martina’ (todas de 2020), que presentan rostros femeninos en capas superpuestas, despojados de identidad específica.

Como dice Pinós, “parecen flotar sin peso, atrapadas en una suspensión temporal y espacial, lo que permite que sus intrincadas facetas y su cualidad casi espectral cobren protagonismo”.

La yuxtaposición de cabezas sólidas con otras etéreas, tejidas como una malla, evoca la dualidad entre nuestra presencia física y la profundidad de nuestro mundo interior: el espíritu, el alma, la conciencia.

Estos rostros femeninos trascienden la representación puramente material para convertirse en retratos de aquello que da forma a los seres humanos en un nivel intangible e invisible.

“Plensa no retrata estas figuras como individuos concretos, sino como símbolos universales de lo humano. Cada rostro es, en realidad, un reflejo de todos, una superficie donde el espectador puede proyectar su propia identidad”, comenta Pinós.

También se incluye en la exposición el fotograbado ‘Alchimistes III’ (2018), en la que el artista reivindica “la empatía y el intercambio de ideas a través de una comunicación más amplia e inclusiva”, que construya puentes.

Los grabados de Picasso incluidos en la exposición remiten a un año concreto de la posguerra, 1948: ‘Visage de femme’, ‘Femme couchée dans le lit’, ‘Muse attendant d’être dépeinte’, ‘Melancolie d’un visage féminin’, ‘Visage d’un gentilhomme’ o ‘Tête de femme’

También se puede ver una edición facsímil de uno de los ocho cuadernos de dibujos que Picasso pintó entre mayo y agosto de 1940 en su retiro en la ciudad costera de Royan, en el departamento de Charente-Maritime una vez iniciada la II Guerra Mundial, cuando la relación con Dora Maar resultó ser una fuente de profunda inspiración para el pintor malagueño, quien llegó a plasmar su imagen en unos quinientos retratos.

A lo largo del recorrido de sus páginas se muestra la manera de trabajar del artista, de forma seriada y meticulosamente, insistiendo sobre temáticas muy concretas y repetitivas, como el bodegón y el retrato.

De Miró se muestran algunos grabados de posguerra, como ‘Le Chien bleu’, realizados inmediatamente después de su serie más célebre, ‘Las constelaciones’; o las matrices de madera tallada y encolada en soporte de madera para las diferentes tintas para el xilograbado ‘Miró Graveur I, II, III, IV y V’.

Finalmente, presidiendo la exposición, se encuentra la maqueta de la icónica escultura ‘Dona i Ocell’ (Mujer y Pájaro) de Joan Miró, erigida ya hace cuatro décadas en los terrenos del antiguo matadero de Barcelona, tras convertirse en el Parc Joan Miró.

Esta pieza, con sus formas biomórficas y colores vibrantes, se erige como un símbolo distintivo del arte público barcelonés, y su creación responde al anhelo del propio Miró de dar la bienvenida a los visitantes de Barcelona que llegaban por carretera, y que se completaba con los que venían por el aire (Mosaico del Aeropuerto) o por el mar (un pavimento en la Rambla).

La maqueta escultórica ofrece, según Pinós, una perspectiva única del proceso de creación de esta emblemática escultura, permitiendo apreciar la visión inicial de Miró y la evolución de su forma hasta convertirse en la pieza monumental que hoy adorna el paisaje de Barcelona, y que Miró no llegó a ver concluida.