O’Connor en Cannes con ‘The Mastermind’: un robo, un hombre ordinario y un filme delicado

La directora Kelly Reichardt y el actor Josh O'Connor durante la presentación ante los medios informativos de la película 'The Mastermind' en el Festival de Cine de Cannes. EFE/EPA/Vitor Boyko

Cannes (Francia), 24 may (EFE).- El británico Josh O’Connor es “un hombre ordinario en una situación extraordinaria”, en ‘The Mastermind’, la película de la directora estadounidense Kelly Reichardt que cerró este sábado la competición de Cannes apenas unas horas antes de que se anuncie el palmarés de esta 78 edición del festival.

La directora Kelly Reichardt y el actor Josh O'Connor durante la presentación ante los medios informativos de la película 'The Mastermind' en el Festival de Cine de Cannes. EFE/EPA/Vitor Boyko

“Algunas veces vemos versiones extremas de la naturaleza humana, eso es el drama, la dramaturgia, pero a menudo me gusta interpretar personajes ordinarios que se pueden convertir en extraordinarios” y eso es lo que pasa en ‘The Mastermind’, señaló el actor.

En este filme, que se desarrolla en los años setenta, interpreta a James, un hombre normal, casado, con dos hijos, que no tiene trabajo y está obsesionado por el arte. Pero no es solo porque le guste, es porque está preparando un robo en un museo de Massachusetts que espera le permita llevar la vida que merece.

La idea de la película se le ocurrió a Reichardt cuando vio la noticia del 50 aniversario de un famoso robo en un museo de Massachusetts, cuyos responsables fueron unos adolescentes que fueron rápidamente detenidos.

A partir de ahí empezó a escribir un guion en el que protagonista sigue de alguna forma a los personajes del cine de finales de los sesenta y comienzos de los setenta, de la llamada ‘nueva ola de Hollywood’, que mostraba una especie de “desencanto” en una época marcada por la Guerra de Vietnam.

Para O’Connor, se trata del retrato de una época en la que los hombres tenían “un ego desmesurado” y su personaje es alguien “con increíbles expectativas que siempre ha creído que merece más de lo que tiene”. “Es un periodo interesante de la historia”, agregó.

Una película delicada y llena de matices que se desarrolla en parte en Cincinatti y esa parte fue rodada cerca de la casa del vicepresidente de Estados Unidos, J.D.Vance, una anécdota que dio pie a hablar de política.

“Los que tenemos medios podemos hacer películas un poco diferentes, me siento muy afortunada y privilegiada por tener esa libertad”, dijo Reichardt, que lamentó que ahora “las artes, las ciencias y la educación en Estados Unidos están en una situación muy precaria”.

La cineasta se refirió también a las medidas del presidente estadounidense, Donald Trump, contra la Universidad de Harvard, la última tratar de prohibir a los estudiantes extranjeros, decisión bloqueada por una jueza federal.

“Yo enseño desde hace 30 años en la Universidad de Bard (Nueva York), es aterrador, cerrar las puertas a extranjeros es algo inaudito y es sorprendente lo rápido que va y la intensidad de sus medidas”, señaló la cineasta.

También recordó que a una alumna suya la sacaron de clase, la metieron en una furgoneta y la expulsaron del país. “Es inaudito, atroz, ¿qué más se puede decir?”.

Mintras que John Magaro, otro de los actores de la película, calificó la situación de su país de “ridícula”. “Tenemos un líder que está en pleno delirio y que influye en millones de personas, es duro de tragar (…), pero aún tenemos un sistema judicial en nuestro país que espero que no se lo ponga fácil”.

El equipo del filme presentaba su filme en rueda de prensa mientras en el exterior del Palais des Festivals de Cannes un corte de la electricidad dejaba sin luz a toda la ciudad y a varias localidades de los alrededores.

En el interior del edificio reinaba la normalidad debido al recurso de generadores autónomos, pero tras la presentación general a la prensa no se pudo celebrar la habitual jornada de entrevistas que se desarrolla con cada filme al margen del festival.