El suizo Marco Odermatt, que ya tenía asegurada de forma matemática su cuarta victoria global seguida, firmó el pleno -al anotarse el triunfo en todas las disciplinas que disputa- y la italiana Federica Brignone ganó por segunda vez la general de la Copa del Mundo de esquí alpino al suspenderse este sábado el descenso de las finales de esa competición programado en Sun Valley (Estados Unidos), lo que supuso que ambos ganasen el Globo de Cristal de la modalidad.

La estación del estado de Idaho iba a estrenarse en la Copa del Mundo, pero la fuerte nevada caída por la noche, obligó, en primera instancia, al retraso de los horarios de inicio; al recorte de la longitud de la pista, más tarde; y, a la posterior definitiva cancelación, que convirtió en infructuoso el inmenso esfuerzo de la organización por preparar el recorrido, esta vez a causa del fuerte viento. La Federación Internacional de Esquí (FIS) había anunciado que la prueba no se pospondría a otra jornada, por lo que Odematt, de 27 años, confirmó su condición hegemónica y Brignone, de 34, festejó dos victorias de golpe: se anotó la general -de la que ya era virtual ganadora- y la clasificación final de la disciplina.

‘Odi’ defendía 83 puntos en la Copa de descenso ante su compatriota Franjo von Allmen -flamante campeón mundial de la modalidad, en Saalbach (Austria) y una de las grandes revelaciones de la temporada-, al que sólo le valía ganar la carrera y esperar un mal resultado del hombre que mejoró los registros del legendario Pirmin Zurbriggen. Asimismo cuádruple ganador del gran Globo de Cristal para la Confederación Helvética, pero con 40 victorias, cinco menos que las que lleva el sucesor del retirado tenista Roger Federer como gran ídolo deportivo de la afición suiza.

Al suspenderse la carrera, Odermatt -al que entrena el español José Luis Alejo, que declaró a Efe que el astro de Nidwalden “es un campeón humilde y sencillo, un ‘disfrutón’ y un buen compañero”- se aseguró la Copa y repitió el pleno logrado el pasado curso, encabezando las cuatro clasificaciones que disputó.
Con su cuarta general en la Copa del Mundo igualó los registros del citado Zurbriggen, del italiano Gustav Thöni y del austriaco Hermann Maier -el irrepetible ‘Herminator’-. Y ya sólo tiene por delante al pentaganador Marc Girardelli, natural de Vorarlberg (Austria), pero que logró todos sus éxitos para Luxemburgo -a causa de sus desavenencias con el ÖSV, la potente federación de su país de nacimiento- y al plusmarquista histórico absoluto (entre mujeres y hombres): el austriaco Marcel Hirscher; que ganó ocho veces (seguidas) el torneo de la regularidad.
El ‘gran capitán’ del potente equipo suizo -país que ya tiene asegurada, por quinta vez en los últimos seis años, la Copa de las Naciones- también capturó por cuarto año seguido la Copa del Mundo de gigante. Su gran especialidad. En la que ha logrado más de la mitad (26) de sus victorias; en la que es el actual campeón olímpico y en la que en Saalbach no pudo revalidar el título mundial que logró hace dos años en Courchevel (Francia).
En total, suma trece Bolas de Cristal -Zurbriggen aún lo mejora en una- en la Copa del Mundo y cuenta cuatro medallas en grandes eventos. Todas de oro. Una olímpica y tres mundiales: en las tres disciplinas que disputa. Los datos despejan cualquier duda: Odermatt es el nuevo gran monarca del deporte rey invernal.
El trono femenino corresponde este curso a Brignone, que aún está a tiempo de firmar otro pleno, porque también lidera la Copa de supergigante -en la que este domingo defiende cinco puntos frente a la suiza Lara Gut-Behrami, a la que sucedió en el historial general de la competición de la regularidad- y es segunda en la de gigante, en la que el martes intentará recortarle veinte puntos a la neozelandesa Alice Robinson.
La general ya la tenía prácticamente asegurada la milanesa, que llegó a Estados Unidos con 382 puntos de ventaja sobre Gut, ya matemáticamente inigualables a falta de tres carreras -aunque no parecía factible que la gran dama del esquí suizo fuese a disputar el eslalon que cerrará el curso el próximo jueves-.
La prueba de este sábado, era, a priori, la más emocionante. ‘Fede’ -que esta temporada se convirtió en la ganadora más veterana en Copa del Mundo, así como en la medallista y campeona mundial de más edad (en Saalbach, donde ganó oro en gigante y plata en el ‘súper’)- defendía 16 puntos sobre la austriaca Cornelia Hütter y 34 sobre su compatriota Sofia Goggia, oro y plata olímpica en la disciplina reina.
Así que, sin restarle mérito alguno, Brignone -que sumó diez de sus 37 éxitos en la Copa esta temporada- disfrutó este sábado de la suerte de los campeones. Algo que, en realidad, es injusto de describir de esta forma, porque la estrella milanesa, en una segunda juventud, está firmando la mejor campaña de toda su carrera.
Hace cinco, el año de la pandemia del covid-19, se convirtió en la primera mujer italiana en ganar la Copa del Mundo; algo que no había conseguido ni la muy estelar y talentosa Deborah Compagnoni -triple campeona olímpica y triple oro mundial (uno de ellos, en España, en los campeonatos de Sierra Nevada’96, en Granada)-.
En 2020 se convirtió asimismo en la primera de su país en ganar la gran Bola de Cristal desde que lo consiguiera 25 años antes el hombre que rompió absolutamente todos los moldes en el esquí alpino: Alberto Tomba. Y este curso confirmó que aquello no fue, como alguno pudo haber pensado, fruto de la casualidad.
Este domingo, Brignone luchará por otra Copa del Mundo, en el supergigante. Odermatt, sin presión alguna, buscará una nueva victoria, antes de recoger la Bola de Cristal de esa disciplina, que ya se aseguró antes de volar hasta los Estados Unidos.
Adrian R. Huber