Ojo a la montaña y al senderismo: 1.050 rescatados por Guardia Civil este año, 87 muertos

Imagen de archivo de la Guardia Civil en una intervención en la que localizó el cadáver de un montañero zaragozano fallecido al despeñarse en el pico Frondiellas, en el término municipal pirenaico de Panticosa (Huesca).EFE/ Quique Facil/Archivo

Madrid, 9 ago (EFE).- Una gran mayoría de los accidentes de montaña, senderismo, escalada, barranquismo… son evitables si se planifica bien la actividad. Por error humano o por otra causa, siguen ocurriendo y, en muchos casos, es la Guardia Civil la que acude al rescate. En lo que va de año ya ha socorrido a 1.050 personas, 87 de las cuales ya habían fallecido.

Son datos que ha facilitado a EFE el Servicio de Montaña del instituto armado, pero a los que habría que añadir los rescates que realizan otros cuerpos y otros servicios de emergencia en las distintas comunidades autónomas.

De todos modos, son significativos y ofrecen una radiografía bastante fiel a la realidad: El 63,9 por ciento de los rescatados eran hombres, un 72,6 % no estaban federados y un 22,5 % tenía entre 19 y 30 años, la franja de edad que este año ha sufrido más percances, como recalca a EFE el capitán Fernando Rivero, portavoz del Servicio de Montaña de la Guardia Civil.

Y si hay un dato que también se considera «preocupante», en palabras de Rivero, es que el 25 % de los accidentados, o lo que es lo mismo, uno de cada cuatro, realizaba la actividad en solitario.

Las 1.050 personas socorridas entre enero y julio de este año por los agentes de la Guardia Civil lo fueron en 689 rescates, que suponen un 6 % más sobre las intervenciones del mismo periodo del pasado año.

El número de fallecidos ha descendido de los 91 en ese periodo de 2024 a los 87 (cuatro menos) de este año, pero los heridos han aumentado de los 413 a los 441 y los ilesos de los 496 a los 522.

Tropiezos, problemas físicos y extravíos

Desde el ahogamiento hasta la rotura de anclaje, las causas del accidente al que acude la Guardia Civil son numerosas, pero el mayor porcentaje -uno de cada cuatro- del tipo de accidente es el tropiezo o caída al mismo nivel, con 173 casos del total de rescates, «casi todos provocados por una falta de atención en la actividad».

Le siguen los problemas físicos, con 124 intervenciones de los agentes, entre los que se incluyen golpes de calor, agotamiento, alguna afección cardíaca e, incluso, un cólico nefrítico.

«Estamos observando que se hace caso omiso sobre los avisos de olas de calor y la gente no se hidrata o se protege adecuadamente», advierte Rivero.

Tras ellos, le siguen los rescates por extravío, con 109, y ya muy lejos, las caídas verticales, con 73.

Y por tipo de actividad, el senderismo se lleva la palma. Un total de 376 rescates entre enero y julio (el 54,5 % del total) fueron por actividades de senderismo, por delante de los 48 en barranquismo o los 32 en cada caso en escalada en alta montaña y en esquí de montaña.

Dice Rivero que esas cifras tienen que ver con que el senderismo es la actividad más practicada, «por esa falsa seguridad que da caminar en senderos señalizados», pero se lleva a cabo «en un entorno que se puede volver tremendamente hostil con un cambio de tiempo, con un mal cálculo de los horarios, etc…»

En verano, el barranquismo da bastante trabajo a los grupos de montaña (los conocidos como GREIM) de la Guardia Civil, ya que «la gente piensa que está en un parque acuático».

«Afortunadamente, la necesidad de alquilar el neopreno y material técnico lleva a los que no están muy acostumbrados a este tipo de actividad a contratar un guía. Gracias a esto hay muchos menos accidentes en el barranquismo», recalca el teniente.

Uno de cada cuatro rescatados fue solo

Como ha destacado Rivero, de la estadística de la Guardia Civil se desprende que uno de cada cuatro rescatados fue solo a realizar la actividad (el 25,6 %). Mientras, el 31,5 % fue con otra persona y el 23,3 % en un grupo de más de tres.

El 93,4 % iba sin guía y el 3,6 % eran profesionales.

Antes, dice el teniente, todo el mundo se apuntaba a clubes de montaña para empezar a realizar actividades en el medio natural. «Desde ellos se realizaba una acción formativa muy importante y la gente era mucho más consecuente a la hora de seleccionar las actividades que iban a hacer», explica Rivero.

Hoy, el material está al alcance de todo el mundo y «muchos piensan que solo con comprarlo ya están perfectamente preparados para afrontar unos días en la montaña. Nada más lejos de la realidad», añade el teniente.

Para este experto, otro de los «grandes errores es pensar que estamos preparados físicamente para una actividad porque lo estábamos el verano pasado, aunque no hayamos hecho gran cosa durante el invierno».

E insiste: «Hemos de iniciar las actividades progresivamente y empezar la temporada unos meses antes del verano. Si programamos dos semanas de vacaciones en el Pirineo o en Picos de Europa, tendríamos que salir casi todos los fines de semana desde febrero o marzo».

Rivero lamenta que en España no exista todavía la cultura de contratar un guía, como en otros países europeos. Hacerlo «es una garantía de seguridad», apostilla.

Aragón, la comunidad con más rescates

Aragón se coloca en primer lugar en número de rescates de la Guardia Civil, con 310 (el 45 %) hasta julio y diez fallecidos. De esos socorros, 300 fueron en la provincia de Huesca.

Con 134 le sigue Andalucía, por delante de los 63 de Castilla y León, los 51 de Baleares y los 45 de Asturias.

Tras la covid, dice Rivero, muchos españoles han elegido la montaña para sus vacaciones estivales antes que las playas masificadas. Que sea verano, no está exento de peligros.

En lo que va de año hay casos destacados que se han producido en las autonomías, como los 50 niños de entre 9 y 11 años y sus cuatro monitores que se desorientaron en una ruta por el monte de Villoslada de Cameros (La Rioja).

O el menor con autismo hallado en Cala Llombards, en la localidad mallorquina de Santanyi; y el holandés que falleció de un golpe de calor en Sóller, también en Mallorca.

Los consejos

«La mala suerte no es la causa de casi ningún accidente en montaña. En un 99 % los accidentes se deben a errores humanos y casi siempre del propio accidentado. ¿Qué debemos aprender de esto? Pues que el 99 % de los accidentes son evitables», zanja el teniente.

Entre sus consejos, recomienda planificar la actividad, teniendo en cuenta los horarios en los que se va a hacer, la previsión meteorológica e, incluso, la de los días anteriores para ver cómo puede encontrarse el terreno.

Cerciorarse de si hay agua potable durante el recorrido y si existe cobertura de telefonía móvil en la zona. El material e indumentaria deben garantizar la seguridad.

En época estival el uso de pantalón largo también es una medida de seguridad, que reducirá la posibilidad de arañazos, picaduras de insectos, garrapatas o víboras y protegerá de la radiación del sol en las piernas, añade Rivero.

Además del material necesario, hay que llevar la batería del teléfono móvil cargada al máximo e incluir una bolsa de plástico bien cerrada donde guardar ropa seca, un silbato, comida de reserva, un chaleco de alta visibilidad, una manta térmica y una powerbank cargada. EFE

Sagrario Ortega