Madrid, 12 jul (EFE).- Ninguna otra estrella del cartel de Mad Cool 2025 ha ayudado a vender más entradas que Olivia Rodrigo, gran estrella este sábado en el día de clausura, que se ha encargado de ratificar las expectativas con una ecuación irresistible entre su pasado como princesa Disney y su evolución contestatario con deje a lo riot grrrl.

Sobre el terreno del alfombrado verde del Iberdrola Music, al menos tanta gente como Muse ha seguido su concierto en la hora estrella y sin apenas competencia en otros escenarios, en una tercera jornada con una asistencia de 50.000 personas en total según la organización, ligeramente por encima de las dos previas, lo que deja el global de esta octava edición en unas 148.000 personas.

Precisamente por su efecto llamada se esperaba una llegada masiva de «jovencitas» y niñas a Mad Cool en este día, y cierto es que la concurrencia femenina es la que más alto se ha hecho oír al corear las canciones, pero también que entre el público la realidad ha sido bastante variopinta, con un número prácticamente igual de espectadores masculinos.
A la ex protagonista de ‘High School Musical’ le ha bastado media hora para reventar prejuicios y enamorar a los ojos y oídos profanos, desde el mismo momento en que ha irrumpido roquera con ‘Obsessed’, enfundada en un top y unos short negros muy sucintos, la melena oscura al viento y acompañada de un vigoroso cuarteto femenino a los instrumentos.
Lo ha hecho alternando desde muy pronto baladas como ‘Drivers Licence’, con la que saltó al estrellato global, y, más furiosa o irónica, revanchas hechas canción ante los desplantes, en la línea de Alanis Morissette, como ‘Vampire’, con sus ya icónicos golpes de batería.
No debe pasarse por alto su edad, 22 años, porque Rodrigo, como Benson Boone en la jornada previa aquí mismo, hacen que parezca natural saltar a un escenario y dominarlo, ya fuese con su faceta aparentemente más dulce o ingenua, con la lengua entre los dientes, ya fuese gateando por la pasarela hacia su compañera guitarrista entre los riffs de ‘Bab Idea Right?’.
«¿Qué pasa, Madrid?», ha dicho en el poco español que parece dominar a pesar de su apellido, entre las intervenciones en las que ha recordado que ya el año pasado estuvo en España en una doble cita con sus dos discos bajo el brazo, los aplaudidos ‘Sour’ (2021) y ‘Guts’ (2023), en los que se ha apoyado a partes iguales para vertebrar este repertorio.
‘Love Is Embarrassing’, ‘Deja vu’… hasta el final con la imprescindible y vitalista ‘Good 4 U’ entre otras, no ha habido prácticamente un momento de declive en su directo, que la ha convertido en clara reina de la jornada, si no de la edición por su conexión con el presente musical.
Fuera de su actuación, en este día se ha disfrutado también de otros directos meritorios, como el de Finneas a primera hora, hermanísimo de Billie Eilish, que ha presentado aquí su proyecto en solitario, como la canción ‘For Crying Out Loud’ y algún pellizco de su próximo proyecto colectivo, The Favours, junto a su «amigo» Ashe.
Tarde a causa de «un problema en el aeropuerto» ha comenzado el concierto de Thirty Seconds To Mars, la banda del actor Jared Leto, que ha tenido cierto aire como de improvisación o, al menos, con tantos espectadores sobre el escenario junto a la estrella que por momentos parecía un «meet & greet» o un encuentro causal de amigos.
Con una narrativa más compacta y definida, con la nostalgia por el mar de su Cartagena natal y la travesía polvorienta por carretera hasta ese destino, Arde Bogotá ha celebrado aquí su único concierto en Madrid de su actual gira, a la vez que su cantante Antonio García se transmuta cada vez más en el Bunbury de los 90.
Ante ellos se ha concentrado el grueso de la asistencia nacional (cabe recordar que un 30% de Mad Cool son visitantes extranjeros), que han cantado y celebrado al grupo de rock de moda en España, con temas como ‘Qué vida tan dura’, una ‘La Flor de La Mancha’ bastante cósmica y, ya en el final, ‘Los perros’ o ‘Cariño’.
Javier Herrero.