ONU espera que las autoridades birmanas no prosigan con bombardeos internos tras terremoto

La subsecretaria general de Naciones Unidas y directora regional para Asia y el Pacífico en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Kanni Wignaraja, habla durante una entrevista con EFE este martes, en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares

Naciones Unidas, 1 abr (EFE).- La ONU espera que las autoridades birmanas no prosigan con bombardeos internos y anota que la recuperación del país tras el terremoto de magnitud 7,7 -que ha dejado más de dos mil muertos- depende de que se detenga la Guerra Civil.

La subsecretaria general de Naciones Unidas y directora regional para Asia y el Pacífico en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Kanni Wignaraja, habla durante una entrevista con EFE este martes, en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares

En ese sentido, Kanni Wignaraja, subsecretaria general de la ONU y directora regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para Asia y el Pacífico, dijo a EFE que “este es un momento en el que la comunidad internacional debe intervenir y comunicarse con las autoridades y trabajar con ellas para mediar en una solución”.

La subsecretaria general de Naciones Unidas y directora regional para Asia y el Pacífico en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Kanni Wignaraja, habla durante una entrevista con EFE este martes, en Nueva York (Estados Unidos). EFE/ Ángel Colmenares

Birmania se encuentra sumida en una guerra civil con múltiples grupos armados de la oposición desde el golpe de Estado de 2021, cuando el Ejército arrebató el poder al gobierno electo de la premio nobel de la paz Aung San Suu Kyi.

La oposición democrática, que ofreció una tregua de dos semanas al conflicto entre el Ejército y guerrillas, ha denunciado que los militares continúan con los bombardeos en zonas rebeldes desde el sismo, incluida la región de Sagaing, el epicentro del terremoto.

Wignaraja dijo hoy que tiene constancia de dichos bombardeos, pero que el equipo de la ONU “no se ha visto afectado” y, pese a los conflictos internos, el PNUD ha tenido acceso a todo el país.

“El trabajo de respuesta al terremoto no se ha visto afectado, pero es difícil explicar cómo, en un momento como este, puede continuar cualquier guerra, ya sea por parte de las autoridades de facto o de cualquier otra persona. Así que esperamos que las autoridades se contengan y no continúen ninguno de los bombardeos que hemos escuchado que han llevado a cabo”, anotó.

Con respecto a la tregua, dijo que fue iniciada por los grupos de la oposición. “Se unieron y dijeron: ‘Miren, todos estamos sufriendo ahora mismo. Necesitamos mantener la paz ahora mismo para que la gente pueda volver a recuperar los cuerpos, ver quién ha desaparecido e incluso incinerar sus restos”, explicó.

Según Wignaraja, el mayor objetivo de los ciudadanos es “sentirse seguros”.

“Ya sea en respuesta a un terremoto, a una crisis económica o al próximo desastre natural, si se detiene la guerra y se instaura la paz, la gente podrá seguir adelante con sus vidas. Y creo que esa es la lección que debemos extraer”, anotó la experta.

La subsecretaria general dijo que en los últimos cinco años “todos los indicadores de desarrollo relacionados con la seguridad humana y el desarrollo humano han mostrado una tendencia a la baja” y la pobreza se ha triplicado en el país desde 2018.

“Luego llegó el golpe de Estado, y ahora hay una guerra civil en todo el país. Así que este país no necesitaba un terremoto”, anotó la experta.

La junta militar cifró hoy en 2.719 los muertos y en 4.521 los heridos a causa del sismo. Mientras, la oposición birmana dijo hoy que más de 8 millones de personas han resultado directamente afectadas.

Hasta ahora, han llegado a Birmania rescatistas de China, Singapur, India y Tailandia, entre otras naciones.

La Administración de Donald Trump prometió 2 millones de dólares de ayuda para el terremoto y el envío de un equipo técnico a la región a pesar del desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que se encargaba de atender este tipo de desastres.

Wignaraja celebró esta ayuda, pero señaló que Estados Unidos, en general, ha retirado ayuda internacional y que es algo que también se está viendo en otras naciones, como las europeas.

“Se puede ver una retracción (de ayuda internacional) casi generalizada, y eso es lamentable, porque estos problemas no van a desaparecer. Por otro lado, se observa que los países están intensificando sus esfuerzos y revisando sus propios presupuestos nacionales para plantearse si tal vez deberían destinar más fondos al desarrollo”, concluyó Wignaraja.