Nairobi, 30 may (EFE).- El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat) adoptó este viernes su plan estratégico 2026-2029, algo que requirió por primera vez en años la celebración de una votación porque la delegación de Estados Unidos rompió el consenso habitual y votó en contra, junto con Argentina.
“Nosotros no creemos que el plan estratégico tal y como figura ahora mismo en el borrador cuente con el consenso necesario, así que Estados Unidos pide una votación”, dijo la representante estadounidense, Jennifer Harwood, en la sesión plenaria de cierre de la segunda Asamblea de ONU-Hábitat, que se reanudó esta semana en Nairobi, donde tiene su sede central esa agencia, tras su celebración en junio de 2023.
Así, el subsecretario para Asuntos Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores de México, Enrique Javier Ochoa Martínez, cuyo país preside la Asamblea de ONU-Hábitat, pidió que se llevara a cabo la votación, en la que se obtuvieron 105 votos a favor, dos en contra y una abstención, por parte de Irán.
El nuevo plan estratégico se centra en la crisis mundial de la vivienda, entre otras cuestiones.
Harwood señaló que su país no puede apoyar ese plan por “su consideración rígida del cambio climático como la causa fundamental de las amenazas que pesan sobre los asentamientos humanos en vez de centrarse en amenazas medioambientales específicas (…) como las amenazas para el aire y el agua limpios, las inundaciones, las sequías y el aumento del nivel del mar”.
Asimismo, subrayó que EE.UU. rechaza la Agenda 2030 de la ONU y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y afirmó que el plan incluye “referencias problemáticas a conceptos como diversidad, igualdad e inclusión e ideología de género”.
También explicó su voto negativo el representante de la delegación argentina, Luis Levit, quien lamentó que no se lograra un consenso y detalló que, como EE.UU., su país votó en contra debido a que sus “reiterados pedidos” para que se retiraran las referencias a la Agenda 2030 y los ODS “no fueron tomados en cuenta”.
“La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, aunque bien intencionada en sus metas, está compuesta por aspiraciones jurídicamente no vinculantes que cada estado, en el ejercicio de su soberanía, tiene derecho a implementar y perseguir con libertad”, aseveró Levit, embajador en Kenia.
Así, expresó la convicción del Gobierno argentino de que “el desarrollo humano sostenible se alcanza mejor mediante la iniciativa privada, los mercados abiertos y un entorno propicio para la inversión”.
Argentina, agregó, “apoyará las iniciativas y acciones de ONU-Hábitat que promuevan los principios rectores de la protección de la vida, la libertad y la propiedad privada”.
La representante de la delegación de México, Astrid Cerón Padilla, se mostró preocupada por “el proceso innecesariamente político” que ha marcado la aprobación del plan estratégico, “un documento técnico”, y la ruptura del “espíritu de Nairobi”, en referencia al consenso habitual, algo que también lamentó Colombia.
Según datos de la organización, más de 200 representantes gubernamentales, incluidos 39 ministros, asistieron a la conferencia en Nairobi, que busca abordar asuntos que quedaron pendientes en la primera parte de la segunda Asamblea, hace dos años.
Como órgano de gobierno del Programa de la ONU para los Asentamientos Humanos, la Asamblea, integrada por 193 Estados miembros de la ONU, se reúne cada cuatro años y es el máximo organismo mundial de toma de decisiones sobre urbanización sostenible y asentamientos humanos.
ONU-Hábitat, que celebró su primera Asamblea en Nairobi en 2019, es la única agencia de la ONU -junto al Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA, también ubicado en la capital de Kenia)- que tiene su sede central en un país del sur global.
