Barcelona, 13 jun (EFE).- El entrenador del Barça, Carlos Ortega (Málaga, 1971), reivindica en una entrevista con EFE el mérito del equipo azulgrana de alcanzar por séptima temporada consecutiva la Final a Cuatro de la Liga de Campeones, «una regularidad fuera de lo normal» y que supone «una auténtica machada» por la exigencia y el nivel competitivo en Europa.
«Más aún en los últimos años», subraya el técnico malagueño, quien recuerda que el Barça ha competido con «un menor presupuesto» que sus rivales y ha afrontado «cambios drásticos en la plantilla» en cada temporada.
«Desde el cuerpo técnico hemos hecho encaje de bolillos para mantener el nivel competitivo. Parece que la noticia es cuando perdemos y no cuando ganamos todo, pero conlleva un mérito tremendo», ensalza Ortega.
El Magdeburgo, analizado «al dedillo»
Desde que el día 2 de mayo se conoció que el Magdeburgo alemán sería el rival del Barça en la semifinal de la Liga de Campeones que se disputará este sábado en el Lanxess Arena de Colonia (Alemania), el técnico azulgrana ya comenzó a preparar el partido.
Quedaban semanas por delante, era el momento de celebrar el pase a otra Final a Cuatro tras superar en cuartos al combativo OTP Bank-Pick Szeged húngaro —una eliminatoria que califica como «la más dura» desde que asumió las riendas del banquillo en 2021—, pero su cabeza ya había «comenzado a planificar» el siguiente reto.
El análisis exhaustivo del equipo teutón ha sido constante. «Hemos visto todos sus partidos hasta final de temporada», señala Ortega, quien también destaca que incluso durante los entrenamientos se han trabajado situaciones específicas más allá del vídeo y el ‘scouting’ para conocer al Magdeburgo «al dedillo», asegura.
El rival que siempre vuelve
Todo porque desde su llegada al Palau Blaugrana como relevo de Xavi Pascual, el equipo del norte de Alemania ha sido el único capaz de poner en jaque a los azulgranas, como demuestran las dos finales del Mundial de Clubes perdidas (2021 y 2022) y la derrota por penaltis en las semifinales de 2023, la única ‘Champions’ que se le ha resistido a Ortega en cuatro ediciones.
Aunque el técnico azulgrana reconoce que han perdido partidos importantes y que por ello existe esa etiqueta de ‘bestia negra’, insiste en que nunca se ha sentido dominado. «Las derrotas han sido por detalles: prórroga, un gol, penaltis… son monedas al aire», argumenta.
«Nunca les hemos ganado fuera de casa ni en campo neutral, pero siempre hay una primera vez», añade el exjugador de balonmano ante este nuevo reto, tras una temporada que califica de «muy exigente» tanto desde el punto de vista físico, con un Mundial de por medio, como emocional, debido a las salidas anunciadas de diez jugadores que no continuarán la próxima campaña.
Gestión emocional y el liderazgo de Dika Mem
El cuerpo técnico ha trabajado intensamente este último aspecto. Según reconoce el entrenador, se han producido muchas conversaciones dentro y fuera del vestuario, comidas con jugadores clave y los capitanes ha tenido un papel destacado en esta gestión.
«Era importante que todos se sintieran en paz con su situación», explica el entrenador, subrayando también el liderazgo de Dika Mem como una figura «esencial» en este proceso.
Con nueve temporadas en el club y el brazalete de capitán, Dika Mem es mucho más que un referente deportivo. «Cuando no ha estado, ni él ni el equipo han rendido igual», señala el técnico. Así, para Ortega este podría ser el año en que el lateral francés dé un paso más: «Le falta ser el mejor jugador de la ‘Final Four’. Ojalá este sea su año».
A pesar de la exigencia del momento, el entrenador ha encontrado algunos espacios para «desconectar» y liberar tensión. Entre sus aficiones está el pádel, al que juega regularmente, «incluso estos últimos días», reconoce, y el baloncesto, un deporte que le «gusta mucho» y del que saca «ideas».
Un ciclo de desafíos constantes
Asimismo, el técnico apunta al Füchse Berlín como el gran favorito al título. «Juegan a un ritmo altísimo, tienen a Mathias Gidsel en plena forma y han ganado su liga», analiza. Una etiqueta que, a su juicio, puede aliviar algo la presión sobre el Barça, aunque lanza un aviso: «Nosotros venimos a competir, como siempre».
Con la Final a Cuatro a las puertas, Ortega encara la recta final de una temporada «larga y exigente», la cuarta desde que asumió el banquillo azulgrana. Otro curso repleto de obstáculos superados para volver a estar a dos partidos de la gloria europea.
«Creo que cada año ha tenido su dificultad. La primera fue el relevo tras Xavi Pascual; luego, la salida de Ludo (Fábregas), el año pasado el anuncio de la marcha de Gonzalo (Pérez de Vargas) y las lesiones… y este, la salida de diez jugadores. Siempre ha habido desafíos», reflexiona.
Aun así, Ortega evita el protagonismo y cierra con una idea que define su manera de entender el balonmano: el mérito es colectivo. «Esto es un trabajo de equipo. El cuerpo técnico hace su parte, pero sin los jugadores no somos nada», insiste.
Mirada al futuro
Más allá de la presente temporada, el preparador malagueño reflexiona sobre la sostenibilidad del proyecto deportivo del Barça en la élite europea. «El reto será cada vez mayor, pero nuestros objetivos seguirán siendo los mismos: ganar títulos nacionales y estar en la Final Four», subraya.
El conjunto azulgrana, único de los cuatro clasificados para Colonia que evitó disputar los octavos de final tras acabar primero del Grupo B, representa para Ortega un ejemplo de regularidad en una competición «durísima».
Según el técnico, ahí es donde reside el verdadero «mérito» del equipo. «Ganar ya es otra historia», subraya, ya que los títulos se deciden por pequeños detalles que «muchas veces se escapan incluso» del trabajo del entrenador.
Adrián Vázquez y Víctor Martí
