Óscar Arias: El narcisismo de Trump lo lleva a tratar mal a cualquiera que discrepe con él

El "narcisismo" del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo lleva a "tratar mal" a cualquiera que discrepe con él, asegura el exmandatario costarricense y premio Nobel de la Paz Óscar Arias, que denuncia "los exabruptos y lenguaje hostil" del político norteamericano "contra todo aquel que no le elogie". EFE/Jeffrey Arguedas/Archivo

Madrid, 24 sep (EFE).- El «narcisismo» del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo lleva a «tratar mal» a cualquiera que discrepe con él, asegura el exmandatario costarricense y premio Nobel de la Paz Óscar Arias, que denuncia «los exabruptos y lenguaje hostil» del político norteamericano «contra todo aquel que no le elogie».

En una entrevista con EFE tras ofrecer este martes la conferencia ‘En tiempos de guerra, la ley debe hablar’ en la Universidad Autónoma de Madrid, Arias (1940) sostuvo que nunca en la historia de EE.UU. ha habido un presidente «tan sui generis» como Trump, al que calificó de «xenófobo, misógino y autócrata».

El Gobierno estadounidense canceló el pasado abril la visa a Arias, que recibió el Nobel de la Paz en 1987 por sus contribuciones al proceso de paz en Centroamérica, y se sumó así a una lista de figuras políticas de Costa Rica que también han visto revocado su documento.

«Yo no sabía que un premio Nobel era una amenaza para la seguridad de Estados Unidos», comentó sobre este episodio.

El exdirigente de Costa Rica (1986-1990 y 2006-2010) se mostró muy crítico con las políticas migratorias del Gobierno de Trump.

Al respecto denunció que expulsa a personas que vivían en EE.UU. desde hacía años, se vanagloria de que ya no llega más gente a la frontera con México y manda a ciudadanos extranjeros a cárceles en terceros países que no tienen nada que ver con su lugar de origen.

Preguntado por el acuerdo entre EE.UU. y el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para poder enviar a migrantes detenidos en el país norteamericano a una prisión salvadoreña notoria por las denuncias de abusos que se cometen allí, manifestó que «entre autócratas es fácil ponerse de acuerdo».

Sin embargo, El Salvador no es el único país centroamericano que ha alcanzado este tipo de acuerdos con el Gobierno estadounidense; Costa Rica también ha recibido desde EE.UU. a migrantes originarios en su mayoría de países de Asia y Europa del Este.

«Encontrarse ahí de un momento a otro sin conocer nada sobre el país y sin conocer el idioma, es algo que nunca habíamos visto», lamenta Arias.

Arias cree que en Latinoamérica -y también en Europa- hay gobernantes que «han agachado la cabeza ante Trump» por el miedo que infunde decirle «no» y pone como ejemplo los aranceles impuestos por la administración estadounidense a diferentes países de todo el mundo.

«Ya vimos las represalias con los aranceles», señaló al apuntar al caso de Brasil, país al que EE.UU. impuso gravámenes del 50 % por el proceso abierto contra el expresidente Jair Bolsonaro, condenado por liderar un intento de golpe de Estado y al que Trump considera víctima de una supuesta persecución judicial.

Preocupado por la situación con Venezuela

Sobre la tensión creciente entre EE.UU. y Venezuela en el Caribe, donde el país norteamericano ha hundido desde agosto ya cuatro embarcaciones atribuidas supuestamente al narcotráfico, al menos tres procedentes presuntamente de Venezuela, Arias admitió que le preocupa «muchísimo».

Aun así, no cree que EE.UU. vaya a dar el paso de una «invasión», como sí sucedió en 1989 durante la presidencia de George H. Bush, cuando las tropas estadounidenses invadieron Ciudad de Panamá.

«Espero que no esté entre las consideraciones de la Casa Blanca repetir algo semejante», sostuvo al respecto.

Galardonado también con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Iberoamericana en 1988, el expresidente costarricense denunció que EE.UU. siempre ha sido un país «imperialista expansionista» en la región.

Sin embargo, explicó que durante su primer mandato le dijo al entonces presidente Ronald Reagan «que estaba en desacuerdo con sus pretensiones de utilizar la acción militar para solucionar los conflictos de la región centroamericana», algo que a su juicio no podría suceder hoy en día con Trump porque «no acepta ningún tipo de discrepancia».

Por Lucía Serrano