La Haya, 22 jun (EFE).- Países Bajos está totalmente entregada a la organización de la cumbre de la OTAN del 24 y 25 de junio en La Haya: los hospitales avisan a sus pacientes de que no será fácil llegar a sus citas en coche y transporte público; las empresas asumen que sus empleados trabajarán desde casa; y el Gobierno ha restringido el tráfico aéreo, marítimo y por carretera.
Entre el 23 y el 25 de junio está previsto que desfilen por la ciudad neerlandesa de La Haya dirigentes como el presidente estadounidense Donald Trump, el francés Emmanuel Macron, el español Pedro Sánchez, el ucraniano Volodímir Zelenksi, y también el primer ministro británico Keir Starmer, o el canadiense Mark Carney.
Los máximos representantes de los 32 miembros de la OTAN se van a reunir en la ciudad natal del secretario general de la Alianza, Mark Rutte.
Es un evento de gran magnitud, en tiempos de divisiones geopolíticas, reestructuración de las viejas alianzas, apuestas por la Defensa y nuevas amenazas. Países Bajos lo sabe y por eso se ha estado preparando para minimizar eventos que requieran seguridad adicional, y enfocarse en poner todos sus recursos en proteger y garantizar la cumbre de la OTAN.
El boletín informativo del Gobierno neerlandés ha estado recordando a los ciudadanos estos meses sobre las consecuencias prácticas que tendrá la celebración de la reunión de la Alianza en La Haya. “Organizar la cumbre de la OTAN es la mayor operación logística que jamás se haya llevado a cabo en Países Bajos”, rezaba uno de los últimos boletines.
Todas las autoridades y organismos implicados, añade la nota, “se están esforzando al máximo para lograr un equilibrio entre la seguridad del evento y el normal funcionamiento de la sociedad”. Ya en verano pasado, cuando la OTAN confirmó que su cumbre será en Países Bajos, la Policía neerlandesa activó las alarmas y pidió a las diferentes ciudades “moderación en la concesión de permisos para eventos” para finales de junio.
«La naturaleza de esta cumbre, el complejo panorama (geopolítico) de amenazas y su gran magnitud hacen que su organización sea una tarea considerable. La demanda de la policía en el marco de la cumbre de la OTAN tendrá consecuencias para la capacidad policial disponible para otros eventos en verano de 2025», señaló la jefa de la Policía neerlandesa, Janny Knol.
La Policía desplegará 27.000 agentes para garantizar la seguridad de la reunión.
Para que la cumbre “transcurra de manera segura”, dijo el Gobierno, se aplicarán restricciones en el cielo, mar y tierra desde mañana hasta el 25 de junio inclusive.
En un radio de 93 kilómetros alrededor de La Haya, se impondrán restricciones al tráfico aéreo y la aviación comercial de “gran envergadura” podrá operar, siempre que se tenga autorización del Ministerio de Infraestructura y Agua. Esto implica que no habrá vuelos de aviación ligera en los aeropuertos de Schiphol Ámsterdam, ni Róterdam-La Haya, y otros aeródromos menores.
La combinación de pistas cerradas y restricciones del espacio aéreo supondrá un 10% menos de vuelos comerciales.
Para las aeronaves no tripuladas (drones), hay restricciones adicionales ya desde el pasado día 18.
En un radio de más de 16 kilómetros alrededor de la ciudad, no se permitirá ningún tipo de tráfico aéreo, excepto por motivos de seguridad y emergencias médicas. “Se aconseja reducir o posponer todos los vuelos no esenciales para que las autoridades tengan una visión clara del tráfico aéreo”, señaló el gabinete.
Las rutas marítimas internacionales hacia el Puerto de Róterdam no se verán afectadas, pero habrá restricciones en el mar, en una franja de hasta más de 22 kilómetros de la costa, que solo será accesible para ciertos grupos, como pescadores y barcos turísticos, con autorización.
La Cumbre de la OTAN, que el año pasado se celebró en Washington, cuenta con la presencia de jefes de Estado y de Gobierno, ministros de Exteriores y de Defensa, además de 6.000 miembros de delegaciones. Esto supone garantizar la seguridad en varias ubicaciones: hoteles, aeropuertos, transportes y situaciones de orden público.
Los hospitales seguirán atendiendo a sus pacientes, pero asumen cancelaciones de citas.
“Tenemos posibilidad de cita para el 24 de junio, pero solo podrás venir al hospital en bicicleta, las carreteras estarán cortadas. ¿Lo ves viable?”, pregunta la asistencia del HMC Bronovo, hospital de La Haya. Sus paredes están empapeladas de carteles con instrucciones sobre cómo sobrevivir a la logística de la cumbre.
Esta es la primera vez desde la fundación de la organización en 1949 que Países Bajos alberga una cumbre de la Alianza. La Haya es hogar de la Agencia de Información y Comunicaciones de la OTAN (NCIA), que acoge a los expertos en tecnología y cibernética de la organización.
Imane Rachidi