Saint John’s, 26 jun (EFE).- El Gobierno de Paraguay calificó este jueves a Venezuela y Nicaragua como «heridas abiertas» en el continente, al considerar que sus Gobiernos son «regímenes» que violan las libertades de sus ciudadanos, y abogó también por apoyar a Haití para garantizar la estabilidad de su población.
«Venezuela y Nicaragua son heridas abiertas en la conciencia democrática en la región. Son regímenes que violan sistemáticamente las libertades más elementales de sus ciudadanos y amenazan la estabilidad del continente», dijo el viceministro paraguayo de Relaciones Exteriores, Víctor Verdún, en un discurso ante la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se celebra en Antigua y Barbuda.
El representante de Asunción agregó que ese organismo debe recuperar el papel que le corresponde «como garante de la democracia en las Américas» y pidió fortalecer las misiones de observación electoral para que se consoliden «los procesos institucionales con pleno respeto a la Carta Democrática Interamericana».
Sobre la situación de «grave crisis en Haití», sostuvo que no se puede «permanecer en la comodidad de simples discursos retóricos», sino que se necesita acordar acciones para garantizar la estabilidad de su población.
«Paraguay compromete todo su esfuerzo para ello y solicitamos encarar el tema con responsabilidad y coordinación con otros estamentos multilaterales, pero particularmente con Haití», añadió Verdún.
También subrayó que la seguridad en el hemisferio exige de una acción decidida y concertada, al advertir que «las amenazas como la delincuencia organizada transnacional, el narcotráfico, la trata de personas, la corrupción y el ciberdelito trascienden fronteras» y no pueden ser enfrentadas de forma efectiva con acciones unilaterales.
Destacó, además, que Paraguay colabora con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos porque considera que la promoción y protección de esos derechos son un pilar fundamental de la OEA.
En septiembre, según el viceministro, Paraguay será por tercera vez sede de un periodo de sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Verdún también reiteró el compromiso de su país con la OEA reconociendo las diferencias ideológicas con otros Gobiernos y dijo que eso no debe ser un obstáculo sino un llamado a enfrentar los desafíos con un enfoque «pragmático»:
Abogó porque la institución y los países miembros respondan a la situación financiera de la organización interamericana, lo que, apuntó, le permitirá tener otra vez «ese papel protagónico como principal foro del diálogo político».
La 55 Asamblea General de la OEA se celebrará hasta el viernes en Antigua y Barbuda con la atención centrada en la crisis de Haití, considerada la más grave de la región, y marcada por el debut del nuevo secretario general, el surinamés Albert Ramdin.