Redacción Medioambiente, 30 abr (EFE).- La organización de los Juegos Olímpicos de París 2024 logró una reducción del 54,6 % en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto a la media de las ediciones de Londres 2012 y Río 2016, según el informe final de la cita deportiva publicado ocho meses después de su celebración.
Estos Juegos no se comparan con los inmediatamente precedentes, Tokio 2020, que se disputaron sin público y en condiciones excepcionales debido a la pandemia.
El informe habla de una huella de carbono en París 2024 de 1,59 millones de toneladas equivalentes de CO2.
La clave del recorte, según el documento que publica el COI, fue la anticipación: París 2024 fijó un ‘presupuesto de carbono’ antes de los Juegos basado en estimaciones y lo revisó periódicamente.
Ello derivó en la creación de las herramientas ‘Carbon Coach’ y ‘Climate Coach for Events’, desarrolladas junto a la Agencia de Transición Ecológica (ADEME), “para ayudar a los organizadores a evaluar y reducir sus emisiones”.
La Villa, un laboratorio
Todas las instalaciones emplearon “tecnologías innovadoras de construcción con bajas emisiones de carbono” y la Villa Olímpica donde se alojaron los deportistas “fue un auténtico laboratorio para probar estas soluciones”.
Así, se dio prioridad a la madera y el hormigón de bajas emisiones y a materiales reciclados. El informe cita como ejemplo las gradas del estadio La Chapelle, con un 80 % del plástico procedente de los contenedores de reciclaje de Seine-Saint-Denis.
Otra novedad fueron las terminales eléctricas adaptadas: puntos de conexión en lugares estratégicos como la plaza de la Concordia, el Campo de Marte y Trocadero.
Los organizadores calculan que solo el 0,1 % del presupuesto global de carbono de París 2024 es atribuible a la energía. El 100 % de la electricidad procedía de renovables.
El transporte y los alimentos, parte del plan
Los Juegos también fueron “amigos del clima” gracias a que todas las sedes deportivas estuvieron comunicadas por transporte público.
Las situadas en Île-de-France fueron asimismo accesibles con movilidad suave (no motorizada). Se fomentó el uso de la bicicleta con 415 km de carriles y 20.000 espacios adicionales para ella.
En cuanto a los servicios de restauración, París 2024 ofreció el doble de alimentos de origen vegetal “para reducir a la mitad el impacto de carbono de los 5 millones de comidas y tentempiés que se sirvieron durante los Juegos”.
El 80 % de los suministros procedían de Francia y el 25 % de productores situados a menos de 250 km.
Esta “restauración responsable” se apoyó en un plan de reducción y reciclaje de residuos, con acciones como el acceso a fuentes de agua gratuitas y una política de cero plástico de un solo uso.
La ‘huella material’
París 2024 fue el primer comité organizador en calcular su ‘huella material’, cartografiando los objetos y materiales antes de los Juegos para garantizar que sólo se produjera lo necesario.
A todas las estructuras temporales (tribunas, equipos) se les dio una segunda vida y los organizadores crearon para tal fin un nuevo organismo, Comisión Second Life. La reutilización del 90 % de los 6 millones de productos, bienes y equipamientos de los Juegos estaba garantizada contractualmente antes de su inicio.
El legado mediambiental de los Juegos quedó reflejado asimismo en la modificación de la norma ISO 20121, que establece los requisitos para la gestión sostenible de acontecimientos y que fue actualizada por iniciativa de París 2024.