París, 9 sep (EFE).- El Museo Jacquemart André inaugurará este jueves en París la primera gran exposición desde 1997 dedicada al pintor Georges de La Tour, descrito a menudo como «el Caravaggio francés» por su dominio del claroscuro.

Bajo el título ‘Entre sombra y luz’, la exposición reúne una treintena de obras, cerca de la mitad de las que han sobrevivido del artista, procedentes de museos y colecciones de todo el mundo.
El recorrido se organiza en secciones temáticas y no de manera cronológica para evitar el carácter conjetural de una trayectoria llena de lagunas documentales, según los organizadores de la muestra.
«No sabemos nada de él entre su nacimiento en 1593 y 1616. No tenemos idea de quién fue su maestro ni dónde se formó. Cualquier orden cronológico sería pura conjetura», explicó hoy a EFE Gail Feigenbaum, comisaria de la exposición.
La propuesta permite redescubrir un creador célebre por sus escenas nocturnas iluminadas a con la luz de una vela que, tras gozar de gran fama en vida, ya que fue pintor de Luis XIII, cayó en el olvido tras su muerte en 1652 y no fue redescubierto hasta el siglo XX.
Entre las piezas destacadas de la colección figuran títulos como ‘El Recién Nacido’ (Rennes), que ilustra la portada de la exposición y retrata una escena íntima que muchos leen como una Natividad sin atributos religiosos explícitos.
A este se suman otros cuadros como ‘La Magdalena penitente’ (traída desde Washington), las dos versiones del ‘San Jerónimo penitente’ (Francia y Estocolmo), ‘Job burlado por su mujer’ (Francia), ‘La mujer de la pulga’ (Francia), ‘Las lágrimas de San Pedro’ (Cleveland, Estados Unidos) y ‘Los comedores de guisantes’ (Berlín).
La dificultad mayor, confesó Feigenbaum, fue obtener los cuadros: «Cada museo que posee un La Tour es muy reticente a prestarlo, porque son obras frágiles. Nos dijeron que con doce ya podríamos considerarnos afortunados y finalmente conseguimos veintitrés. Estamos encantados de haber podido reunir un conjunto tan sustancial», declaró Feigenbaum.
La Tour, nacido en la entonces región independiente de Lorena, en Francia, fue célebre por elevar lo cotidiano a la categoría de lo sagrado mediante un lenguaje pictórico de claroscuro austero y una espiritualidad silenciosa.
Sus cuadros, de campesinos, músicos ciegos o figuras penitentes, se inscriben en el contexto del caravaggismo europeo, pero con una voz propia que prescinde del dramatismo italiano para ofrecer una intensidad más recogida y meditativa.
La exposición, comisariada por Gail Feigenbaum y Pierre Curie, permanecerá abierta en el Museo Jacquemart André de París hasta el 25 de enero de 2026.