Berlín, 17 jun (EFE).- Los participantes en la Conferencia de Bonn sobre cambio climático para preparar la COP30 que se celebrará este otoño en Belém (Brasil) abordaron este martes las posibles sinergias que se pueden encontrar en la cumbre para avanzar de cara a las Convenciones de Río contra el cambio climático, la desertificación y la pérdida de biodiversidad.
Ana Toni, la secretaria nacional de Cambio Climático de Brasil y directora de la COP de Belém, destacó la necesidad de tener en cuenta los vínculos entre estos fenómenos y cómo hay actuaciones, tales como la restauración de bosques, que pueden contribuir de forma positiva a paliarlos todos.
También citó el ejemplo «prometedor» de la bioeconomía, que amplifica el poder de la naturaleza, integra conocimientos científicos y tradicionales y contribuye a la regeneración, entre otras ventajas.
Toni aludió además a la importancia de que los países estén capacitados para aprovechar estas oportunidades, a través de transferencias de tecnología y conocimientos, entre otros, y pidió que los intentos por promover las sinergias no impliquen una reducción de los recursos destinados a la implementación de las Convenciones.
En la sesión intervino también el representante de Colombia, que acogió el año pasado la COP16 sobre Biodiversidad, Sebastián Rodríguez, que destacó que las crisis globales están «profundamente interconectadas» y que la única manera de garantizar la efectividad a largo plazo es abordarlas juntas.
A la hora de monitorear los resultados de las Convenciones de Río hay dificultades debido a la separación de las diversas categorías, a la par que hay vacíos en la información existente sobre los vínculos entre diversos fenómenos, lo que a su vez afecta a los procesos en curso, afirmó.
Por todo ello, Rodríguez aseguró que Colombia quiere alentar a «identificar alternativas y realizar propuestas de prioridades» de cara a la COP.
El «recordatorio» de la COP30 en Brasil
Daniele Violetti, de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), señaló que el hecho de que la COP30 «regrese a Brasil» no es puramente simbólico, sino que constituye un poderoso recordatorio para tener en cuenta las Convenciones de Río, fundadas en paralelo a la Cumbre de la Tierra de 1992 en esa ciudad brasileña.
Violetti enfatizó que la acción climática debe volverse «más sistemática» y que la COP30 representa una oportunidad de «conectar los sistemas».
Sobre el papel de los secretariados de las tres Convenciones, el representante subrayó que estos deben asumir responsabilidad para reducir la carga de coordinación que ya pesa sobre los Estados miembros para que el proceso sea más operativo.
En la sesión intervino también un representante de la Unión Europea (UE) que subrayó la importancia de una «acción integrada» ante la interdependencia existente entre el cambio climático, la desertificación y la pérdida de biodiversidad.
«Tenemos que movernos de forma mas sinergética y maximizar beneficios», afirmó, resaltando la urgencia con la que es preciso actuar.
Uno de los tonos más críticos lo adoptó el representante de la República de Palau, isla del Océano Pacífico, que criticó la falta de actuación ante la amenaza a la que se enfrentan naciones isleñas como la suya y abogó por reforzar la cooperación entre países del sur global y por recurrir a los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas.