París, 16 sep (EFE).- Perú desembarcó este martes en el salón Première Vision de París con 16 empresas textiles que reivindican la alpaca y el algodón Pima como emblemas de un país que busca consolidarse en Europa como proveedor de un lujo responsable y ‘silencioso’
Este último concepto, en alusión a prendas que no necesitan logotipos ni ornamentos para transmitir exclusividad, los expositores defendieron la calidad de las fibras naturales ante compradores internacionales.
«Aquí mostramos nuestra disposición a trabajar con productos originarios de calidad como la alpaca y el algodón, fibras tradicionales que hoy se están renovando», afirmó a EFE el embajador de Perú en Francia, Rolando Ruiz, quien destacó además la capacidad peruana de producir a gran escala para abastecer mercados globales.
Para Rosario Pajuelo, consejera económica y comercial de PromPerú en Francia y Suiza, «el consumidor europeo busca cada vez más ese lujo responsable, que no es ostentoso pero sí auténtico y sostenible».
«Alpaca y algodón Pima son sinónimos del Perú», recalcó la consejera, quien recordó que el país concentra el 85 % de la producción mundial de alpaca y ofrece un algodón extra largo considerado «el Rolls Royce» de las fibras vegetales.
Según la representante de PromPerú, la sostenibilidad no es una moda reciente para la industria peruana.
«Antes de que se hablara de sostenibilidad, en Perú ya existía respeto por la tierra, la flora y la fauna. Nuestros tintes naturales a base de plantas se usan desde hace siglos», señaló.
Hoy, añadió, esa herencia se traduce en certificaciones internacionales, energías renovables y trazabilidad en toda la cadena de producción, desde fábricas modernas hasta comunidades de mujeres tejedoras.
El algodón, un lujo al tacto

Entre los stands, Edgardo del Águila, responsable de la firma Soft Cotton Sourcing, puso el foco en el algodón Pima cultivado en el norte del país.
«Es uno de los tres mejores algodones del mundo y debería tener un espacio más importante en Europa», explicó.
El Pima, conocido por su suavidad y resistencia, cautiva a los compradores cuando lo palpan: «Cuando un europeo siente el ‘handfeel’ de esta tela, reconoce que es lo que busca», añadió.
Del Águila recordó también la riqueza de los algodones nativos de color, que crecen en tonos tierra o verdosos, así como el uso de tintes naturales en comunidades de la sierra.
«Es un desarrollo incipiente, pero conecta la biodiversidad del Perú con el mercado internacional», dijo.
La versatilidad de esta fibra permite además mezclas con bambú o Tencel, ampliando las opciones de un país que se presenta como un socio flexible y capaz de adaptarse a las tendencias europeas.
Karen y Claudia Lobe, hermanas responsables de la firma House of Pima nacida en 2012, destacaron las cualidades complementarias de las dos fibras estrella: «El algodón es fresco y ligero, mientras que la alpaca funciona como un termostato natural: abriga en el frío y regula el calor cuando sube la temperatura».
Su empresa trabaja con hilos trazables y certificados, y apuesta por colecciones atemporales, de paletas neutras con algunos acentos de temporada.
Pero lo que más subrayan es la circularidad de su modelo: «El producto final puede durar años. No es algo que quieras tirar; incluso si alguien ya no lo usa, puede regalarlo y está en perfecto estado, como si fuera nuevo», explicaron.
Algunas empresas como Soft Cotton Sourcing aplican una práctica en la que el cliente devuelve la prenda que ya no le da uso para que se convierta en fibras y hacer así una nueva prenda. De esta manera, se prolonga el ciclo de vida de cada pieza y se evita la sobreproducción, encarnando la idea de moda circular.
La firma House of Pima también colabora con grupos de mujeres tejedoras de crochet y palito, muchas de ellas cabezas de familia.
«Ese trabajo artesanal se convierte en un arma para dar educación a sus hijos y romper cadenas de pobreza», añadieron.
Perú se presentó en París bajo el lema oficial ‘Del Perú hacia el mundo: alpaca y algodón Pima, fibras que redefinen el lujo’. Pero el concepto que mejor resumió el espíritu del pabellón fue el de ‘lujo silencioso’: prendas que no necesitan logotipos ni ornamentos para transmitir exclusividad.
Entre algodones nativos, suéteres atemporales y fibras milenarias adaptadas a las tendencias, Perú proyectó una propuesta clara: un lujo que no grita, que se siente en la piel y que aspira a convertirse en la nueva definición de la moda global.
Isabel Rodríguez Ramiro
