Naciones Unidas, 22 sep (EFE).- El presidente colombiano, Gustavo Petro, volvió a cuestionar este lunes la ‘descertificación’ de Estados Unidos a su país y acusó a la ONU de ser «cómplice» de una política antidrogas que, según él, ha fracasado porque no se basa en la ciencia, sino en si las sustancias se producen en el sur o en el norte global.
«Soy un presidente descertificado por un gobierno extranjero (…) ¿Con qué derecho del derecho internacional puede un presidente de un gobierno extranjero descertificar a otro que fue elegido por su propio pueblo? ¿Eso es democracia o el comienzo de la barbarie?», dijo durante un diálogo de alto nivel en Nueva York sobre soluciones para la financiación climática, en el marco del octogésimo período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
El mandatario se refirió así a la decisión que anunció la semana pasada el Gobierno estadounidense de sacar a Colombia de la lista de países que, en el último año, cumplieron con la lucha contra el narcotráfico, un proceso conocido como ‘descertificación’.
Petro también criticó que la ONU defina qué droga es o no «venenosa» según el país que la produzca, y puso como ejemplo el alcohol que, según afirmó, Naciones Unidas no considera tan peligroso como el cannabis «porque realmente no se produce tanto en el sur del mundo, sino en el norte».
«Entonces tenemos que las sustancias son peligrosas no por la ciencia, sino por si se producen en el sur o se producen en el norte», insistió.
Rechazo a las acciones militares
El mandatario se refirió también a los recientes ataques militares de Estados Unidos en aguas internacionales, cerca de Venezuela, contra barcos que supuestamente llevaban drogas, y señaló que el sur está siendo «víctima» de ese enfoque que implica el «asesinato de jóvenes, que no tienen la culpa, con misiles, ordenado por un presidente que es de los Estados Unidos».
Petro recalcó que la «llamada guerra contra las drogas» es una «política desacertada de la ONU» y un «fracaso rotundo» porque «nunca fue una guerra contra narcotraficantes, sino una política dominante de poder mundial del norte sobre el sur» y porque culpa a las sustancias en vez de señalar a «los que viven en Nueva York o en Miami o Dubái», en aparente referencia a los jefes de ese negocio.
«Los misiles no van para allá, van a los pobres. Es el mismo poder que no deja solucionar la crisis climática y por tanto no deja que sea posible la vida de la humanidad, el que tira bombas en Gaza (..) lo hace para seguir dominando el mundo», sentenció Petro, que reprochó además que en el encuentro no hubiera un representante estadounidense.
Para el mandatario colombiano, todo esto, igual que la «nueva política de inmigración», se enmarca en una «guerra en el mundo entre la codicia y la vida», en la que, añadió, «el Gobierno de Estados Unidos y los gobiernos de Europa occidental creen que hay una raza superior y por eso a los colombianos los tratan en las calles como si fueran esclavos».
El gobernante izquierdista afirmó también que «lo que están haciendo en Gaza es un experimento como Hitler, igualito, cuando empezó a probar las cámaras de gas y los campos de concentración» e insistió en que «acabar el genocidio significa (crear) una fuerza armada de paz de Naciones Unidas».