Hong Kong, 13 mar (EFE).- La obra monumental de Pablo Picasso (1881-1973) trasciende el tiempo para encontrarse y dialogar con las creaciones de una selección de destacados artistas asiáticos en la muestra Picasso para Asia – Una Conversación, que abre sus puertas el viernes en el museo M+ de Hong Kong.
La muestra, presentada este jueves, establece un diálogo intercultural e intergeneracional para conectar al artista español con un selecto grupo de creadores, e invita a una reflexión sobre las interacciones con las diversas expresiones creativas que emergen en el contexto asiático.
De la mano del Museo Nacional Picasso de París (MnPP), esta exhibición marca un hito al mostrar por primera vez obras procedentes de las colecciones del M+ y préstamos de centros como el español Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, fundaciones y colecciones privadas, junto a unas 130 piezas de 30 artistas asiáticos y de la diáspora.
El capítulo de diálogo lo protagonizan obras de las Colecciones M+ pertenecientes al hongkonés Luis Chan (1905-1995), el chino Gu Dexin (1962), la india Nalini Malani (1946), el japonés Tanaami Keiichi (1936-2024) y la coreana Haegue Yang (1971), además de artistas contemporáneos como el británico Simon Fujiwara (1982) o la canadiense Sin Wai Kin (1991).
Además, la exposición, que podrá verse en la M+ West Gallery hasta el próximo 13 de julio, representa el regreso de Picasso a la excolonia británica tras más de una década.
¿Influencia positiva o negativa?

A pesar de que los artistas asiáticos carecen de una “conexión natural evidente” con el maestro español, “establecen interacciones distantes o incluso imaginarias que enriquecen las múltiples dimensiones de su legado”, explicó a EFE Doryun Chong, director artístico y conservador jefe del M+.
“Mediante un panel de artistas asiáticos de diversas generaciones, pretendemos abrir una charla enriquecedora sobre el impacto que tuvo en ellos, indagando si fue una fuente de influencia o, por el contrario, un ejemplo negativo”, agregó Chong, también comisario de la muestra junto al investigador del MnPP François Dareau.
De esta forma, la exposición permite explorar cómo, a pesar de las barreras temporales y contextuales, el legado picassiano aún resuena en la obra de numerosos artistas.
“Este fenómeno sugiere que el pintor no solo se erige como un ícono ineludible, sino que su arte se transforma continuamente, adquiriendo significados renovados a través de la herencia que dejó”, explica Chong.
El director artístico precisó que la exposición no busca solo “celebrar la genialidad de Picasso”, sino también su humanidad al “mostrar una visión crítica y ponernos cara a cara frente a sus aspectos negativos, como sus relaciones con las mujeres: su parte brillante y su lado oscuro”.
Picasso ha sido retratado por sus críticos y descrito en algunas biografías como un misógino que en sus relaciones como esposo o amante se comportó de forma egoísta, exigente y narcisista.
De Corea a la paloma de la paz
La muestra abarca la totalidad de su carrera, desde 1895, cuando contaba con apenas 13 años, hasta 1972, un año antes de su fallecimiento, un recorrido cronológico y conceptual que permite al espectador apreciar tanto su evolución estilística como la profunda y continua influencia que ejerció sobre generaciones de creadores en todo el mundo.
Así, obras surrealistas como El acróbata (1930), Retrato de Dora Maar (1937) o Figuras a la orilla del mar (1931) se exponen en relación con su impacto en el contexto asiático, un tema a menudo ignorado en análisis previos.
Asimismo, los comisarios han elegido piezas que Picasso creó en relación con Asia o en respuesta a acontecimientos cruciales en el continente, como Masacre en Corea (1951), una pintura antibelicista que retrata la brutalidad de la guerra y la única que se conoce que tiene relación directa con Asia.
La instalación incluye además carteles y sellos que representan la icónica Paloma de la Paz, emitida por la República Popular China en agosto de 1950 y que refleja su relación con los líderes del país en esa época, revelando una faceta menos conocida del artista y su conexión con los movimientos políticos de su tiempo.
Además, el museo presentó recientemente ‘Lee Mingwei: Guernica en la arena’, una instalación monumental en la que el artista taiwanés reinterpreta con granos de arena de colores el célebre lienzo de Picasso en un homenaje que evoca temas de memoria y resistencia.
La réplica incluye una sección inacabada en la parte superior cuya culminación está prevista para el próximo 28 de junio, cuando los visitantes podrán caminar sobre ella y transformarla en una nueva composición abstracta, “invitando a la reflexión sobre la lucha contra la guerra y la violencia”.