Quito, 17 sep (EFE).- El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considera urgente centrar en la resiliencia humana el modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe, que está bajo una «presión» derivada de desafíos estructurales históricos como la pobreza, profundas desigualdades, baja productividad y un crecimiento económico mediocre.
Así lo aseguró en entrevista con EFE la directora del PNUD para América Latina y el Caribe, Michelle Muschett, al apuntar que esos desafíos se entrelazan con «un conjunto cada vez más complejo, superpuesto e interdependiente, de crisis de diferente naturaleza» en la región, donde una de cada cuatro personas vive en pobreza y más del 30 % de la población se clasifica como vulnerable.
Basada en el informe Regional sobre Desarrollo Humano 2025, titulado ‘Bajo presión: recalibrando el futuro del desarrollo en América Latina y el Caribe’, mencionó otros tres factores que ejercen «presión»: las tecnologías en rápida evolución, la fragmentación social y los efectos cada vez más intensos de un clima cambiante.
Para cambiar esto «más de lo mismo no será suficiente», alertó al comentar que las soluciones de política pública que permitieron a la región «avanzar significativamente en materia de desarrollo humano en el pasado, posiblemente no se ajusten» a los desafíos de hoy.
Por ello, el informe plantea como «cambio fundamental» en la manera en la que se concibe la agenda de desarrollo, el «colocar el concepto de resiliencia al centro de la misma», entendida, no solo como la «capacidad de soportar un choque, sino como la posibilidad de rebote, de recuperar esa trayectoria de manera rápida», dijo.
Esto implica «anticipar, prevenir y preparar a los individuos y a las comunidades para poder hacer frente» a las adversidades sin comprometer sus posibilidades de progreso, sostuvo.
Alto nivel de incertidumbre
Muschett señaló que -exacerbado por los desafíos estructurales- el nivel de incertidumbre que se vive en la región está un «50 % por encima del promedio global», y se traduce en ansiedad, frustración, y limita la visión ciudadana de futuro.
Además, en la región «la polarización aumentó más rápidamente en las dos últimas décadas», dijo al subrayar que la «incertidumbre, la ansiedad, el temor, se correlacionan con una creciente desconfianza» en las relaciones interpersonales y en las instituciones.
Ello genera «un caldo de cultivo para la polarización y la polarización política» que -como consecuencia- «debilita la gobernabilidad», indicó antes de remarcar que una gobernanza debilitada abre -entre otros- las puertas al crimen organizado.
«La única manera de hacer frente a esa polarización es cerrando brechas (…) económicas, sociales, brechas de presencia del Estado, brechas de acceso a oportunidades» y basarse en «el diálogo y la construcción de consensos como única vía para encontrar caminos comunes en un contexto altamente polarizado», comentó.
Funcionamiento de democracia
De acuerdo al Informe Regional, una gran mayoría de latinoamericanos está insatisfecha con el funcionamiento de la democracia.
«Sin una mejora tangible en la calidad de vida, la legitimidad y la capacidad de las democracias de brindar soluciones y de cumplir con esa promesa de la igualdad se ve retada», indicó.
Por ello, insistió en la necesidad de «entender el desarrollo humano a la luz de la construcción de resiliencia».
Además, definir una visión común de futuro que permita guiar las acciones dentro de los sistemas de gobierno y pensar «en una nueva generación tanto de políticas públicas como de instituciones que tengan la capacidad de adaptarse a los desafíos de hoy y de responder con agilidad».
La representante del PNUD ve fundamental invertir en capital humano, en infraestructura digital, en gobernanza de datos y en ecosistemas digitales sostenibles.
Para Muschet, la región «tiene todo el potencial» para transformar la mencionada «presión» en una «fuerza» que permita escribir un nuevo capítulo relacionado con el desarrollo, pues ya tiene experiencia al haber sido pionera en distintos aspectos en materia de desarrollo humano en el pasado.
Susana Madera