Pogacar vuelve a exhibirse de lejos para ganar el oro europeo; Ayuso sexto

El esloveno Tadej Pogacar se enfundó el maillot estrellado de campeón de Europa en foto de archivo de KIM LUDBROOK/EFE/EPA

Redacción deportes, 5 oct (EFE).- El esloveno Tadej Pogacar se enfundó el maillot estrellado de campeón de Europa de ciclismo en ruta, tiene también el arcoíris mundial, tras exhibirse de nuevo desde lejos en la exigente prueba en línea de 202,5 km de recorrido por los departamentos franceses de Ardèche y Drôme, en el que español Juan Ayuso fue sexto.

Esta vez el recital de Pogacar (27 años), que hace una semana en el Mundial de Ruanda fue de 105 km, se quedó en 75 km desde que se deshiciese del belga Remco Evenepoel (25), su gran rival, en el tercer y último paso por el alto de Saint-Romain-de-Lerps (7 km al 7,3 por ciento de desnivel), punto clave de la carrera.

Evenepoel y Seixas brillantes medallistas también al ataque, Ayuso casi

Evenepoel se quedó en una cuarteto perseguidor pero tuvo decisión y fuerzas para atacar a sus tres compañeros y asegurarse, tras 38 km también en solitario, la medalla de plata. Remco incluso le recortó más de un minuto a Tadej del 1.37 que cedía cuando dejó a sus compañeros de grupo.

El bronce se lo llevó el joven local francés Paul Seixas (19) tras asfixiar en el último muro, la Cote de Val d’Enfer (1,7 km al 9,3 por ciento), al italiano Christian Scaroni (27), cuarto, y el español Juan Ayuso (23), quien, desfondado, perdió al final una plaza y acabó sexto.

Soñó el español con el bronce durante muchos kilómetros, pero le pasó como hace semana en Kigali, donde fue octavo cediendo al final incluso más posiciones de las esperadas. Pero dio la cara en todo momento como líder del equipo dirigido por Alejandro Valverde y sumó dos Top 10 en el Mundial y el Europeo, notable balance siendo protagonista de las carreras para su debut como jefe de filas de la selección española.

Pogacar (27 años) ganó con un tiempo de 4 horas, 59 minutos y 29 segundos, a un promedio de 40,57 km/hora, una ventaja de 30 segundos sobre Evenepoel y 3.41 respecto a Seixas. Scaroni cedió 4.04 y Ayuso terminó a 4.21 tras ser superado en la recta final por el letón Toms Sjkujins, este a 4.16 del campeón.

A Pogacar le ayudaron a ir subiendo sus diferencias a medida que iba acercándose a la meta cierta falta de entendimiento en el cuarteto perseguidor y las tres subidas a la Cote de Val d’Enfer, un muro en los que tan bien se desenvuelve el esloveno. Aunque al final le recortó tiempo Evenepoel, si bien sin opciones de cazarle.

La última de esas subidas, a 6,5 km de meta, estaba situada para decidir el ganador pero quien iba enfundarse el maillot de campeón de Europa, un trofeo que va ganando cada vez más prestigio e importancia, se sabía mucho antes.

Lo que si decidió ese muro fue el bronce, que se llevó el nuevo fenómeno francés, Seixas, para felicidad de casi todos los que siguieron la prueba en las carreteras.

Las hostilidades serias ya a 109 km de meta

Las hostilidades serías llegaron ya, como se esperaba, a más de 100 km para meta. Concretamente a 109, en la segunda subida al puerto del día, el que incluía un primer circuito largo al que había que dar tres vueltas, el alto de Saint-Romain-de-Lerps.

Consecuencia de ese primer arreón cedió Jonas Vingegaard y más tarde Joao Almeida, lo que destapó que las estrellas de la Vuelta, ambas con problemas salud en ella a pesar de acabar primero y segundo, no habían llegado a Francia en forma.

En el tercer y último paso por Saint-Romain-de-Lerps Pogacar dio el latigazo que todo el mundo veía venir y Evenepoel no pudo seguirle. Al belga le alcanzó el casi juvenil Seixas y a ambos se les unieron Ayuso y Scaroni para formar el cuarteto perseguidor de Tadej.Que, poco a poco, fue abriendo hueco.

Ese quinteto de corredores había salido del pelotón de casi 30 unidades que se formó en cabeza antes de que se desatase la tormenta deportiva.

Antes protagonizaron el principio muchos ataques de salida y después una escapada de 17 unidades sin grandes nombres y claramente de transición mientras iban pasando los 90 primeros km de los 202,5 del total del recorrido a la espera del ataque de Pogacar. Que, como estaba previsto, llegó pronto y le dio un maillot que no tenía. Que no son muchos.

Ramón Orosa