Polina Berezina deja el equipo nacional de gimnasia rítmica

La gimnasta española Polina Berezina, en un momento de su participación en la rutina de aro de la gimnasia rítmica de los Juegos Olímpicos de París 2024. EFE/ Sashenka Gutiérrez

Valencia, 4 sep (EFE).- La gimnasta española Polina Berezina, olímpica en París 2024, anunció este jueves en sus redes sociales que deja el equipo nacional de gimnasia rítmica después de doce años representando a España (2012-2025).

Berezina fue una de las dos representantes españolas en categoría individual en París, pero tras la cita olímpica decidió hacer un parón competitivo en busca de cuidar su salud mental. La gimnasta, nacida en Rusia, pero criada en Guardamar del Segura (Alicante), regresó al tapiz nueve meses después, pero ahora ha decidido poner fin a su etapa en el equipo nacional.

Aunque todavía no sabe si este es un adiós definitivo a la alta competición, la gimnasta aseguró estar ilusionada con nuevos proyectos personales y profesionales, siempre con la valentía de priorizarse: “Hoy estoy sanando, recuperando la ilusión y mirando al futuro con esperanza”.

“Cumplí mi mayor sueño: estar en unos Juegos Olímpicos. Detrás de esa plaza conseguida en el Mundial de Valencia hay miles de horas de entrenamientos, días de dolor, lágrimas y noches de incertidumbre. Hoy me despido agradecida y orgullosa de haber demostrado que los sueños, incluso los más imposibles, están para cumplirse”, afirmó la gimnasta.

A lo largo de estos 12 años ha ganado nueve títulos de campeona de España, un bronce por equipos en el Mundial de 2022 y ha participado en siete mundiales y siete europeos, además de los Juegos Olímpicos de 2024.

“Aún recuerdo la ilusión de aquella primera competición representando a España en 2013 y todo lo que mi yo de niña soñaba con conseguir. Hoy, me despido habiendo cumplido mi mayor sueño: estar en unos Juegos Olímpicos. Sí, ese escenario reservado solo para las mejores, y al que muchos pensaban que no sería capaz de llegar”, dijo.

“Pero con esfuerzo, trabajo y mucho sacrificio, luché contra todas esas voces que decían que no lo conseguiría. Después de cada caída, cada golpe y cada cambio… seguí creyendo en mí y repitiéndome: “voy a ser olímpica”, agregó.

Después de lograr el billete olímpico en el Mundial de Valencia y competir en París, dijo que “todo ese esfuerzo dejó cicatrices”: “Después de París sentí que debía parar, respirar y reencontrarme conmigo misma. Estos últimos meses no han sido fáciles: mi cuerpo quería seguir, pero mi mente no podía más”.

“Quise volver a empezar desde cero, en un lugar distinto, pero esa oportunidad no llegó. Y entendí que este era el momento… el momento de cerrar esta etapa. Hoy, al mirar hacia atrás, me quedo con todo lo bonito que vivido: los momentos únicos con mis compañeras, mis entrenadoras y la afición española, que allá donde iba, siempre me hacía sentir como en casa”, continuó.

La gimnasta, que se mostró agradecida «a mi familia, mis amigos y a mi prometido, por estar siempre», admitió que aún no ha decidido si será un adiós definitivo.

«Lo que sí sé, es que estoy sanando, que poco a poco las heridas dejan de doler, y que estoy recuperando la ilusión con nuevos proyectos que me emocionan. Por primera vez en mucho tiempo, estoy siendo valiente en priorizarme. Y aunque mi camino con el equipo nacional termine aquí, siempre llevaré conmigo a esa niña que soñaba con volar con un aparato en sus manos… porque ella es, y será siempre, mi mayor fuerza», concluyó.