Políticos lamentan la muerte de dos policías y responsabilizan a Morales por la violencia

Fotografía de archivo del expresidente de Bolivia Evo Morales. EFE/ Jorge Abrego

La Paz, 11 jun (EFE).- El Gobierno de Luis Arce y políticos opositores y oficialistas lamentaron este miércoles la muerte de dos policías en un enfrentamiento con grupos leales al expresidente de Bolivia Evo Morales, a quien apuntaron por la violencia generada en las protestas que buscan forzar su candidatura en las elecciones de agosto.

El ministro de Gobierno (Interior), Roberto Ríos, denunció en sus redes sociales que los agentes fallecidos «fueron vilmente asesinados por disparos de arma de fuego mientras cumplían su deber de proteger a la ciudadanía y la libre transitabilidad del país», en una jornada «marcada por la violencia promovida por sectores radicales» afines a Morales.

«Lo que estamos viviendo no es una demanda social legítima, es una estrategia violenta para forzar una candidatura inconstitucional. Morales quiere imponer su candidatura e intereses personales, aun a costa de vidas humanas y por encima del pueblo boliviano», manifestó.

El expresidente Carlos Mesa (2003-2005) condenó «las acciones criminales» ocurridas en el municipio de Llallagua, en el norte de la región andina de Potosí, que ocasionaron la muerte de los subtenientes Carlos Enrique Apata y Brayan Jorge Barrozo «mientras intentaban proteger a la población».

«Es inadmisible la indolencia y la permisividad del Gobierno de Arce ante la violencia generada por Evo Morales y sus cómplices que nos están llevando a enfrentamientos fratricidas», señaló el también líder de Comunidad Ciudadana (CC), la principal fuerza opositora con representación parlamentaria.

Mesa exigió «una investigación inmediata y la sanción drástica contra los culpables materiales y los instigadores de estos crímenes», además de «acciones inmediatas que devuelvan la paz y la seguridad a los bolivianos».

El candidato presidencial del principal bloque opositor, el empresario Samuel Doria Medina, expresó sus condolencias a los familiares y amigos de los dos agentes, quienes «perdieron sus jóvenes vidas por cumplir su deber».

«La responsabilidad de estas muertes está clara para todos los bolivianos», sostuvo.

El alcalde de la ciudad central de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, consideró que lo ocurrido en Llallagua «es una consecuencia directa de una violencia descontrolada promovida por quien ha decidido declararle la guerra al pueblo boliviano, solo por saciar su ambición de volver al poder por la fuerza».

«Esta claro que a Evo no le importa la vida, solo destruir Bolivia, no podemos permitirlo», añadió el también candidato.

El exministro y candidato del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) Eduardo del Castillo se unió a las condolencias y sostuvo que Morales «solo busca sangre y muerte para satisfacer sus apetitos personales».

«Mientras las familias bolivianas atravesamos duros momentos por la crisis económica, social y política, el denominado evismo solo trata de dañar al país. Bolivia ya no necesita ese tipo de viejos políticos», agregó.

Los agentes Apata y Barrozo eran parte del operativo policial que buscaba llegar hasta Llallagua, donde en la víspera los manifestantes atacaron a los pobladores de esa localidad que querían levantar los bloqueos de carreteras.

Los leales a Morales (2006-2019) bloquean carreteras desde el 2 de junio para exigir que el político sea inscrito y participe en las elecciones generales del 17 de agosto, con un partido que no tiene personalidad jurídica vigente.

Arce ordenó este miércoles el desbloqueo de las rutas, mientras que Morales advirtió que esa acción ocasionará una «rebelión».

El expresidente, que está distanciado de Arce, insiste en ser candidato pese a no tener partido y a que el Tribunal Constitucional ratificó recientemente que la reelección en el país está permitida «por una única vez de forma continua», sin posibilidad de un tercer mandato, y él ya gobernó el país en tres periodos.