Precandidata presidencial indígena Toribia Lero: “El patriarcado campea en toda Bolivia”

Fotografía del 26 de febrero de la diputada indígena y precandidata presidencial Toribia Lero posando en La Paz (Bolivia). EFE/ Gabriel Márquez

La Paz, 7 mar (EFE).- El “patriarcado” y el “machismo” campean en Bolivia, donde persisten el acoso y la violencia política contra las mujeres que ejercen cargos de autoridad y no se ha trabajado suficientemente en el empoderamiento de liderazgos femeninos, afirmó en una entrevista con EFE la diputada indígena y precandidata presidencial Toribia Lero.

Auditora y activista, Lero pertenece a la nación indígena Sura, que se extiende en territorios de las regiones de Oruro y Cochabamba, y llegó al Parlamento con la sigla de Comunidad Ciudadana (CC), la alianza opositora liderada por el expresidente Carlos Mesa (2003-2005).

“El patriarcado, el machismo campea en toda Bolivia, en todos los niveles. Es cruel”, sostuvo la parlamentaria.

Lero mencionó el emblemático caso de la concejala aimara Juana Quispe, cuyo asesinato en 2012 tras sufrir acoso y violencia política impulsó la promulgación de una norma contra estos delitos, aunque obtuvo sentencia recién en 2024.

La diputada lamentó que no hubiera una “justicia rápida y efectiva” en este caso, al ser los principales acusados un exalcalde y dos exconcejales del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS).

Además, cuestionó que la principal organización de mujeres campesinas de Bolivia, que lleva el nombre de la líder indígena Bartolina Sisa y ha sido aliada de los Gobiernos del MAS, se apartó de ese juicio y no hizo nada para poner “un alto a estos actos de abuso cruel” que sufren las mujeres en la política.

“Quienes sufren acoso y política no son cualquier mujer, sino las que fiscalizan, las que están al tanto del cumplimiento de normativas, las que quieren algo bueno para su municipio, su departamento o a nivel nacional”, alertó.

La diputada fue proclamada candidata presidencial a las elecciones generales de 2025 por la Coordinadora de Movimientos Indígenas, algo que desató la “furia” de oficialistas como el diputado Héctor Arce Rodríguez, quien, ella aseguró, le tildó de “disfrazada”.

Vida de lucha

Fotografía del 26 de febrero de la diputada indígena y precandidata presidencial Toribia Lero posando en La Paz (Bolivia). EFE/ Gabriel Márquez

Lero lleva el activismo en la sangre, pues su abuelo fue Juan Lero Ponce, un ‘mallku’ (autoridad indígena) que defendió los territorios originarios y fundó el primer gobierno indígena en el siglo XIX, aunque ese legado ha sido poco difundido porque “estaba prohibido hablar de las luchas anticoloniales”.

También tuvo el ejemplo de su padre, trabajador minero durante 35 años, y su madre, que enviudó joven y debió sacar adelante a sus once hijos.

Un evento que marcó su vida fue la primera la marcha indígena desde la Amazonía hacia La Paz que en 1990 puso en el mapa por primera vez a esas etnias ignoradas durante décadas por el Estado.

“Me impresionó tanto, lloré muy profundo al ver que en Bolivia no solamente éramos aimaras, quechuas o guaraníes, como decía la enseñanza, sino que había otros pueblos, idiomas y culturas en el Chaco, el oriente y la Amazonía”, confesó.

Así, su primera meta fue vincularse con los pueblos amazónicos, algo que logró mediante su trabajo con las organizaciones indígenas de Oruro y Cochabamba, y luego con el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq).

“Monopolio” oficialista

Según Lero, tras la aprobación en 2009 de la nueva Constitución que reconoció a 36 pueblos indígenas, surgieron “las primeras demandas” para la “implementación y efectivización” de los derechos de estas naciones.

La “respuesta” del entonces Gobierno de Evo Morales (2006-2019) fue “la masacre de Chaparina”, la brutal represión policial en 2011 de otra marcha indígena contra un proyecto para construir una carretera que partía en dos una reserva natural sin consultar a sus habitantes.

“Y a partir de ello, Evo Morales se ensaña con nosotros, destruye nuestras organizaciones, nos quita todo, nos despoja y nos hace perseguir”, lamentó.

Para Lero, el MAS ha acallado las voces disidentes indígenas mediante un “monopolio” de la representación de estos pueblos, promoviendo la idea de que quienes no están con ese partido “son traidores” y “vendepatrias”.

“Eso ha calado”, deploró y agregó que ella misma sufrió esa violencia y acoso político “desde el primer día” en el Parlamento por ser indígena en un partido opositor.

Lero criticó que la paridad y alternancia establecidas en las normas electorales no se apliquen para el binomio presidencial y consideró que las que postulan a esos altos cargos lo hacen “sin la posibilidad ” de ganar.

“Es que no hay suficiente trabajo de empoderamiento del liderazgo de la mujer en la política. Nos falta trabajar un poco más”, agregó.

Gina Baldivieso