Promesas incumplidas y apoyo fluctuante: claves del declive del ‘sí’ a la independencia

Imagen de archivo (27/07/2025).- El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont participa en el acto con motivo del quinto aniversario de la fundación de Junts per Catalunya como partido. EFE/ David Borrat

Enric Sitjà Rusiñol

Barcelona, 10 ago (EFE).- Las «promesas incumplidas» después del referéndum unilateral del 1-O y un apoyo «fluctuante» al proyecto independentista explican, según politólogos expertos en demoscopia consultados por EFE, un progresivo declive del ‘sí’ en las encuestas que persiste a un mes de la Diada del 11 de septiembre.

Sin ir más lejos, el último barómetro político del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, publicado el pasado julio, sitúa a los favorables a la independencia en el 40 %, frente al 52 % que están en contra.

Si bien los politólogos Marc Sanjaume y Toni Rodon consideran que el grado de apoyo a la independencia es aún «muy alto», subrayan que el ‘sí’ tocó techo en 2017, a las puertas del referéndum unilateral convocado por el Govern de Carles Puigdemont, cuando los partidarios de un Estado catalán llegaron a sumar el 49 %, frente a un 43 % de contrarios a la secesión, según las cifras del CEO.

«Votantes insatisfechos» después del 1-O

Desde aquel pico en octubre de 2017, el ‘sí’ ha sufrido un declive paulatino, con un mínimo histórico del 38 % en marzo de 2025, ya sin mayoría independentista en el Parlamento de Cataluña y con el socialista Salvador Illa en la presidencia de la Generalitat.

Rodon identifica un estrato de votantes independentistas que «están enfadados con las élites del movimiento», a las que acusan de haber «incumplido la promesa» de la declaración unilateral de independencia (DUI) después del 1-O y «no haber gobernado bien» en asuntos como la protección de la lengua catalana.

«Están insatisfechos, y esto ha creado cierta distancia con los partidos», concreta el politólogo, que pone de relieve la alta abstención independentista en las últimas elecciones catalanas.

El apoyo «instrumental», clave del retroceso

Sanjaume sostiene que el retroceso del ‘sí’ se explica también por el «cambio de opinión» de un sector del independentismo «más fluctuante, estratégico e instrumental», que hizo suyas las tesis soberanistas cuando eran un «aspecto central» del debate político pero que, ahora, «se han ido diluyendo».

«Eso es totalmente reversible: de la misma forma que se hicieron independentistas, han dejado de serlo y podrían volver a serlo», apostilla.

Rodon, que recuerda que la pandemia de covid en 2020 «desplazó» el debate soberanista del foco, observa un porcentaje de votantes que, «sin dejar de ser independentistas», sí que ha dejado de priorizar el objetivo de un Estado propio para Cataluña.

Un cambio de prioridades, apunta, que puede deberse a que «no ven clara la independencia a corto plazo o ven que el coste que se tendría que asumir es bastante más elevado del que se pensaba».

Sílvia Orriols «dificulta» una estrategia conjunta

La irrupción en el Parlament del independentismo islamófobo y antiinmigración de Aliança Catalana, partido liderado por Sílvia Orriols, «dificulta» una estrategia conjunta entre partidos, a pesar de que, a corto plazo, «puede ofrecer un cómputo global de votos más alto» para el movimiento, advierte Sanjaume.

«Puede recoger esta demanda de voto, no tanto por la cuestión de la independencia, sino por aspectos ideológicos como puede ser la inmigración», pronostica Sanjaume, unos apoyos que, de no existir Aliança Catalana, «podrían ir a parar» a Vox.

De hecho, Rodon señala que Aliança Catalana tiene un grueso «importante» de votantes no independentistas, como refleja el último sondeo del CEO: mientras que un 9 % de simpatizantes de JxCat y la CUP no están a favor de la secesión, en el partido de Orriols esta cifra es del 17 %, aún por debajo del 22 % de ERC.

«De momento, no detectamos que Aliança Catalana haya generado un aumento o un descenso en el apoyo a la independencia», expone Rodon.

Y añade: «Es como decir que, cuando salió Vox, el unionismo crecería o decrecería; lo que pasó es que se quedó igual. Algo parecido podría pasar con Aliança Catalana y el independentismo».