Putin intenta ganarse a Trump mientras hablan los cañones antes de la cumbre de Alaska

- El presidente ruso, Vladimir Putin, mantiene una reunión con miembros de la alta dirección de Rusia, así como representantes del gobierno y la administración presidencial, en preparación para la próxima cumbre Rusia-EE.UU. en Alaska, en el Kremlin en Moscú, Rusia, 14 de agosto de 2025. (Rusia, Moscú) EFE/EPA/VYACHESLAV PROKOFYEV / SPUTNIK / KREMLIN POOL MANDATORY CREDIT

Moscú, 14 ago (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, intentó hoy ganarse el favor del líder de EE.UU., Donald Trump, en víspera de la cumbre de Alaska, a la que viajará con un arsenal de propuestas para sellar la tan deseada victoria en Ucrania que el jefe del Kremlin prometió en 2022.

EE.UU. «realiza, bajo mi punto de vista, esfuerzos muy enérgicos y sinceros para poner fin a las acciones militares y a la crisis» en Ucrania, dijo Putin este viernes al comienzo de una reunión extraordinaria en el Kremlin con la plana mayor del Gobierno y del Kremlin.

Mientras, los cañones siguen hablando en el Donbás, donde las tropas rusas apuran sus opciones de tomar los últimos bastiones ucranianos, y en la retaguardia rusa, donde los drones ucranianos continúan causando estragos en la infraestructura energética enemiga.

Las lisonjas de Putin

Putin, que aprovecha cada ocasión para alabar a Trump, incluso después del ultimátum, subrayó que los denodados esfuerzos de la Casa Blanca están dirigidos «a alcanzar un acuerdo que responda a los intereses de todas las partes implicadas en este conflicto».

«Y para crear las condiciones a largo plazo para la paz entre nuestros países y en Europa y el mundo, en conjunto, si en la próxima etapa logramos un acuerdo en materia de control sobre armamento estratégico ofensivo», añadió, en alusión al última tratado de desarme nuclear entre Rusia y EE.UU, el START III, que expira en 2026.

En una reunión que pareció improvisada, Putin subrayó que había congregado a los más altos funcionarios del país para informarles sobre «cómo van las negociaciones bilaterales con la delegación ucraniana».

En las imágenes se podía ver a los ministros de Exteriores, Serguéi Lavrov; de Defensa, Andréi Beloúsov; y de Finanzas, Antón Siluánov, que formarán parte de la delegación oficial rusa.

También acudió al Kremlin el asesor de Putin para política internacional, Yuri Ushakov, y el enviado para cooperación económica con EE.UU., Kiril Dmítriev, que viajará también a Alaska.

Primer cara a cara desde 2018

Según informó esta mañana el Kremlin, Putin y Trump comenzarán a las 11.30 hora local (19.30 GMT) del viernes su cumbre en la base militar Elmendorf-Richardson, cerca de la capital de Alaska, Anchorage.

«Evidentemente, el tema central será el arreglo de la crisis ucraniana», dijo Ushakov en rueda de prensa telefónica, en la que no aludió a un posible alto el fuego, sea aéreo o total, el objetivo prioritario de Trump.

Primero, habrá un «cara a cara» entre ambos mandatarios -el primero desde Helsinki 2018-, a los que después se sumarán delegaciones integradas por cinco altos funcionarios, lo que incluirá un «desayuno de trabajo».

Al término de las conversaciones, precisó, habrá una rueda de prensa conjunta, tras lo que la delegación rusa abandonará «de inmediato» territorio estadounidense.

Además de Ucrania, otros asuntos a tratar serán «la garantía de la paz y seguridad, y los más candentes temas regionales e internacionales», resaltó.

Rusia intenta imponer la realidad sobre el terreno

En los días anteriores a la cumbre, Rusia está intentando mejorar sus posiciones en el campo de batalla, intensificando su ofensiva en el corazón del Donbás, con el objetivo de imponer a Ucrania lo que el Kremlin llama «realidad sobre el terreno», aunque le haya costado 60.000 bajas sólo en julio, según el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio.

Ese concepto, que Rusia utiliza desde hace muchos meses, significa que la supuesta superioridad militar rusa obliga a Ucrania a ceder incondicionalmente a sus demandas de retirarse de las cuatro regiones anexionadas por Moscú en 2022.

Hace dos días varios unidades rusas lograron meter una cuña de 10 kilómetros de profundidad en las defensas ucranianas entre los bastiones de Pokrovsk y Kostantínivka, antes consideradas irreductibles.

Incluso Zelenski reconoció la incursión enemiga, aunque según pasaron los días expertos y blogueros militares de ambos bandos han restado magnitud a la operación.

Eso sí, Moscú dice haber tomado varias aldeas y mejorado sus posiciones en dirección a Dobropilia, cruce de caminos que conduce a Kramatorsk, la principal plaza fuerte ucraniana en Donetsk.

Ucrania dice haber eliminado varias de las unidades de asalto rusas, pero la realidad es que Moscú está avanzando en su intento de estrechar el cerco en torno a Pokrovsk, cuya conquista los rusos persiguen en vano desde el pasado año.

El presidente ucraniano denunció también que Moscú baraja enviar decenas de miles de soldados en refuerzos a los frentes de Jersón y Zaporiyia con el fin de lanzar una nueva ofensiva en el sur de Ucrania.

Mientras Zelenski estaba embarcado en una frenética actividad diplomática para evitar acuerdos en Alaska a espaldas de Kiev, los drones ucranianos seguían haciendo su trabajo y provocaron hoy un gran incendio en una refinería de la petrolera Lukoil en la región de Volgogrado.