Moscú, 29 abr (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, llegó hoy a Volgogrado, antigua Stalingrado, en vísperas del 80 aniversario de la victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Putin tiene previsto realizar una ofrenda floral en la Sala de la Gloria Militar del memorial de Mamáev Kurgán, una colina que está presidida por una gigantesca estatua de la Madre Patria.
Además, intervendrá este martes en un foro internacional organizado por el Parlamento de la Unión Rusia-Bielorrusia, al que también asistirá el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.
Precisamente, Putin y Lukashenko, estrecho aliado del Kremlin en la guerra en Ucrania, se reunirán esta tarde para abordar asuntos de la agenda bilateral.
Putin no viajaba a la ciudad desde que se cumpliera en febrero de 2023 el 80 aniversario del fin de la Batalla de Stalingrado, una de las más sangrientas de la historia de la humanidad.
Desde que llegara al Kremlin en 2000, Putin ha asistido en varias ocasiones al aniversario de la batalla que comenzó el 17 de julio de 1942 y terminó el 2 de febrero de 1943 con la capitulación del mariscal de campo Friedrich von Paulus, jefe del Sexto Ejército alemán, tras 200 días de lucha sin cuartel.
En julio de 1942, la ciudad que recibió su nombre del líder soviético, Iósif Stalin, estaba a punto de caer en manos de los alemanes, por lo que Moscú tuvo que movilizar a cientos de miles de reclutas sin experiencia en combate que apenas duraban en pie 24 horas bajo el infernal bombardeo alemán.
“Es hora de frenar la retirada. Ni un paso atrás”, rezaba la famosa arenga de Stalin a las tropas en julio de 1942.
Como resultado, los alemanes se vieron empujados a una batalla callejera, una lucha cuerpo a cuerpo en las ruinas de la ciudad, para la que no estaban equipados y en la que su supremacía en tanques y aviones perdió todo valor.
La consecuencia fue que la ciudad de poco más de medio millón de habitantes prácticamente desapareció de la faz de la tierra debido a los bombardeos alemanes y que en sus calles y en los alrededores perecieron más de dos millones de soldados soviéticos y alemanes.
Putin declaró este lunes una tregua de tres días para conmemorar el 9 de mayo el Día de la Victoria, festejos a los que el Kremlin ha invitado a más de una veintena de líderes mundiales.