Qué beber en verano cuando pasas del alcohol: ser abstemio ya no está mal visto

Imagen de archivo de la celebración del VIII Campeonato de Coctelería regional en Almagro. EFE/Jesús Monroy/Archivo

Madrid, 4 ago (EFE).- La tendencia hacia un estilo de vida más saludable se refleja en el auge de las bebidas no alcohólicas. La sociedad, sobre todo la generación Z, redefine su relación con el alcohol y pide sin complejos aguas de sabores, kombuchas, refrescos o cócteles 0,0 como el ‘spicy rosé’, mezcla de vino rosado sin alcohol, agua y rodajas de jalapeños.

«Ser abstemio no está mal visto, es muy normal», dice Sofía, de 20 años, estudiante de Diseño de Interiores, quien considera que las bebidas sin alcohol no son aburridas, «al contrario hay aguas con sabores y cócteles muy interesantes».

En esta línea el sector de las bebidas desalcoholizadas se reinventa y ganan terreno los destilados 0,0, las kombuchas -fermentaciones-, hidrolatos, aguas de sabores, refrescos o cócteles.

«El consumo de bebidas refrescantes mantiene una senda positiva desde 2022», aseguran desde la Asociación de Bebidas Refrescantes (ANFABRA) que señala que en España el 80% de los refrescos se consumen en un contexto de ocio, disfrute y celebración.

Su consumo se concentra cada vez más en horas diurnas, «especialmente en el aperitivo, comida y tardeo, que ya representan un 72 % del total de ocasiones de consumo», dicen desde ANFABRA.

«Las bebidas refrescantes sin azúcar representan actualmente más del 66% del total de bebidas que comercializa este sector en España, por lo que ya son las opciones mayoritarias en nuestro país», según ANFABRA.

El agua con sabor se sofistica combinándolo con pepino, menta, hierbabuena, manzana y canela o albahaca fresca, tal es su éxito que en redes sociales se encuentran muchísimas recetas como agua mineral con sandía y romero.

Otros, prefieren apostar por el te rojo, blanco, negro o rooibos muy frío o el clásico con hielo picado frutos rojos troceados o melocotón.

Pero, quizá, algo aburridos de aguas, tés y refrescos, los consumidores demandan bebidas que ofrezcan nuevas experiencias, que resulten atractivas como los cócteles.

«La actual coctelería apuesta por la innovación cultural, combinando técnicas avanzadas con una narrativa emocional que conecta con el consumidor», dice Carlos Ríos, profesor de la escuela de coctelería ‘Diageo Bar Academy’ y de la Escuela de Hostelería (HET) de Alcalá de Henares.

Entre los cócteles sin alcohol existen dos tipos. El ‘mocktail’ y el virgen, aclaran desde la Asociación de Hostelería de Madrid, que explica que los primeros se hacen con mezclas de zumos, refrescos, y siropes, creados específicamente para una bebida sin alcohol, mientras que los segundos se elaboran con la receta de un cóctel tradicional pero con bebidas sin graduación alcohólica.

«Ahora hay una coctelería inspirada en redes sociales, donde lo inesperado se convierte en experiencia», cuenta Ríos que señala que hay combinaciones virales como el ‘spicy rosé’, mezcla de vino rosado sin alcohol, agua mineral y rodajas de jalapeños.

También está de moda el ‘Aware’, una combinación aromática con notas de manzana, coco, pepino y jalapeño que propone la coctelería SLVJ Madrid Canalejas o los duetos de café con tomate o mango con chili, donde el sabor se convierte en una declaración de intenciones.

«Como la demanda es alta, los ‘bartender’ -persona especializada en la preparación de combinados- se han puesto a diseñar creaciones exclusivas y muy novedosas», señalan desde la Asociación de Hostelería de Madrid.

Entre los ‘mocktails’ destacan el ‘Sour de Hibisco’, una mezcla de tequila sin alcohol, clara de huevo, zumo de limón, sirope de hibisco y flor comestible para decorar; o una ‘Piña Detox’, realizado con piña fresca, agua de coco, un toque de cúrcuma y jengibre y servida con hielo de coco.

Para los que prefieran los cítricos, está el ‘Smoothie Sour’, una combinación de frutas cítricas, claras de huevo y un toque de sirope de agave o algo más sencillo como agua infusionada con albahaca y limón.

Ante la demanda de bebidas no alcohólicas crece exponencialmente en el mundo de la restauración las ‘sober bars’ (barras sobrias), una alternativa para aquellos que quieren divertirse sin que el alcohol esté presente. ¿Quién dijo que brindar sin alcohol fuera aburrido? EFE

Carmen Martín