Santander, 27 may (EFE).- El artista catalán Quirze Codina, que se dedica a dibujar sobre la arena, estrena este martes en Santander el documental ‘Entre mareas’, realizado en su «casa artística», la capital cántabra, y que trata sobre el mandala «más grande del mundo», de 66 metros que dibujó en la playa de Mataleñas.
Antes del estreno de esta película, el catalán ha estado durante toda la mañana realizando otra obra en ese mismo espacio.
Quirze realizó en Mataleñas este dibujo sin más afán que hacer «algo bonito, que sirviera como un regalo a la ciudad de Santander y a todo Cantabria», ha destacado.
En declaraciones a EFE, ha explicado que tarda en hacer sus dibujos unas seis horas, lo que las mareas le permiten, y suele hacerlo solo, con la ayuda de su pareja, Ale.
Siguiendo esta idea, el documental, dirigido por Oriol Cardús, se llama así porque solamente puede pintar cuando le «dejan» las mareas vivas y eso ocurre «una o dos veces al mes con los ciclos de la luna».
Esta vez, con la familia

En esta ocasión ha ocurrido algo especial para él, y es que ha traído de Barcelona a su familia, cuatro tíos y su padre, para ayudarle a hacer un dibujo geométrico que «en unas horas borrará el mar».
«Éste es un dibujo orgánico, pero que tiene mucho de geométrico a la vez. Se puede ver que hay como una cuadrícula, como si fuera un tablero de ajedrez, que está marcado con una caña muy suave, y, a vista de pájaro, desde el mirador no se ve», afirma.
Su pareja, Ale, se sirve del móvil y le «va dando números aleatorios del uno al seis», de modo que cada número corresponde a una figura distinta que se conectan o no, por lo que es un dibujo definido por «la aleatoriedad», ha dicho.
De Zanzíbar a Santander

Quirze comenzó con este arte cuando en Zanzíbar, una isla de Tanzania, conoció junto a su mujer a un joven de la tribu de los Masai, y le explicó una historia de cómo mataban a los leones.
«Lo hacía con mucha energía y se ayudaba de un bastón que utilizaba como si fuera un puntero, y hacía unos dibujos en la arena, como si fueran de cómic, para apoyarse en ellos en la explicación», ha apostillado.
Esa misma tarde, Quirze Codina comenzó en su alojamiento a pintar sobre la arena y trajo a España este arte.
Por otro lado, el artista ha afirmado que Santander fue, por casualidad, donde empezó a dibujar después de esa primera experiencia en África: en Barcelona y en el Mar Mediterráneo no hay marea, por lo que deben acudir al Cantábrico.
Reconoce que a sus cuarenta años no conocía Cantabria y, cuando se adentró en la región y descubrió las playas salvajes, le causaron «tanta impresión» que lleva siete años seguidos acudiendo.
«Aquí todo está en armonía, hago el dibujo, tardo seis horas o el rato que me deja la marea y es el propio mar el que se encarga de borrarlo. Eso es justo, ¿quién sería yo para ir a una playa como esta y dejar este dibujo? Hacer estos dibujos es algo que nos llena y que va mucho más allá del resultado», ha dicho.
Después, Quirze Codina explica que eligió la playa de Mataleñas porque, normalmente, cuando acaba de dibujar levanta un dron y, en este espacio, con el mirador que tiene la playa, no le hace falta.